El IP de Cadi

“Cadi… qué de tontería pa salí en er Can-navá”… Y para verlo, querido Libi, y para verlo. Qué de tonterías, escribidas y decidas, ambamente hablando. Y por las dos ambas partes, la de asquí y la de afuera de asquí.

Yo creía que la cumbre de la sabiduría la alcanzó Descartes cuando dijo aquello de “Pienso, luego existo”, lo cual dedujo sin ayuda de nadie en una exhibición de talento filosófico inusitado. Pero el otro día Descartes fue desbancado de la cumbre por uno con IP de Cádiz que dijo en Twitter: “EL CARNAVAL DE CÁDIZ ES DE CÁDIZ”. ¿Ironía? ¿Doble sentido? ¿Crema? ¿Cogollo? ¿Trócola? ¿M? ¿White Label? Sea como fuere, a mí no sólo me dejó atónito sino que, además, me convenció. Como se dice en el argot: “esto es un 1”. Si al IP de afuera de asquí se le ofrecen las sobras, lo mismo le da un ataque de amor propio y hace igual que el IP de Cadi: telepizza, canuto, Ondacadi y vámonoquenosvamo. Y a poné a las agrupaciones de vuelta y media, que pa eso les sale gratis el Concurso.

Todo este debate tendría sentido si realmente los gaditanos llenaran el Falla PAGANDO su entrada. Pero todos sabemos que ni lo han hecho ni lo harán, y menos para ver una función de preliminares, en la que el nuevo castigo viene en forma de “chúpate 8 grupos para ver si el último responde o no a las expectativas”.

Decía Marx que el capitalismo llevaba en sí el germen de su autodestrucción porque produce más oferta que demanda, y los excedentes de producción, o se abaratan o no hay quien tenga dinero para seguir consumiéndolos; con lo cual, hay que ir dejando de fabricar y, por tanto, reduciendo las plantillas y… el resto ya lo sabéis por experiencia reciente; y si la reciente no fue suficiente, la presente y la futura os ayudará a recordarlo.

El COAC está capitalizado en su integridad. Por tanto, tiene todas las papeletas para seguir el devenir inherente a las contradicciones internas de la lógica —ilógica— capitalista. No hace falta ser comunista para entender el diagnóstico. No te me vaya a esquivocá. En los tiempos que corren, cuando la oferta es superior a la demanda, la quiebra es inminente. Sea el IP de donde sea. Y me da la sensación de que la oferta de las preliminares del COAC es cada vez mayor… y la demanda menor (salvo para ver contadísimos estrenos). Si a quienes gestionan las cosas públicas de esta ciudad no les sale de los armejillones admitir esta realidad… po venga, palante.

El debate hay que reconducirlo a un tajo al que nadie parece querer asomarse. Por una parte, intentar vender unas preliminares como las que se han planteado este año es una obra de ingeniería comercial más compleja que la de vender biblias en Rusia. Por la otra, lo verdaderamente importante para los concursantes no es el IP del público sino su ADN, o sea, el espíritu y la intención con la que va al Teatro. Es enormemente contradictorio que quienes quieren “un público de Cádiz”, luego quieran ganar dinero vendiendo discos y entradas en festivales para “un público de afuera” (porque saben de sobra que el público de Cádiz no es especialmente generoso comprando entradas o discos; si no, que le pregunten a Marchena o al Melli por el IP de la inmensa mayoría de su clientela). Queremos unos carnavales de Cádiz para Cádiz pero que se puedan vender fuera de Cádiz, o dentro de Cádiz pero siempre y cuando los de Cádiz hayan renunciado a su derecho a comprar un Concurso que está desgaditanizándose porque los de afuera están usurpando el derecho de los gaditanos a hacer un Concurso por y para ellos mismos de interés turístico internacional. Y la organización del Concurso admite 80 grupos de fuera de la capital para vender más entradas que, ante todo, tiene prioridad para comprar el gaditano de Cadi que reivindica un carnaval de Cádiz para los gaditanos cosmopolitas y hospitalarios.

Creía que había una pieza del puzle que no me encajaba. Pero me estoy dando cuenta que en el puzle no hay ni una sola pieza que encaje. Yo, la única solución que veo es hacer una entrevista personal al aficionado acompañada de un test en el que, además de su IP, indique qué quiere ver en el Concurso y por qué. Después, someter la entrevista a votación entre los gaditanos. Si sale aprobada por mayoría absoluta, luego se somete al visto bueno de La Comisión para la Regaditanización del Concurso. Y si la Comisión lo estima conveniente, se le vende al aficionado la entrada previo pago de una fianza que garantice que en ningún momento de la función se va a salir del Teatro. Todo lo que no sea eso es un descaro y atenta contra el derecho del Carnaval de Cádiz a convertirse en un carnaval plural, asambleario, representativo y sin localismos fanáticos, pero, ay, tampoco en el coño de la Bernarda para los que vienen de fuera. Fifty-fifty.

El fin del mundo ya está aquí. Se ve de vení.

JUAN CARLOS ARAGÓN (con IP de Cortadura D.F.)