Es Noticia

Noodles con fartons

David Torres

La Junta general del pasado jueves me sirvió para confirmar un pensamiento que me ronda desde hace semanas. Amadeo Salvo, excelente de nuevo en su exposición pública sobre la situación del club y gran vencedor de la noche junto a Aurelio Martínez, apuntó en varias ocasiones que el Valencia CF no va a perder sus señas de identidad, su idioma, su idiosincrasia etc…

Y sí, buena parte de razón no le falta al presidente, que confío que siga al frente del Valencia porque se lo ha ganado en buena lid tras un proceloso proceso de venta y tumbar a molinos de viento con un tirachinas. Pero no es menos cierto que el nuevo club que está en ciernes, el que nacerá el 1 de diciembre se parecerá en muchas cosas al que conocimos, pero en otras muchas no. No perderá sus señas de identidad, pero las cosas se van a hacer de otra manera.
Es incontestable el choque de culturas que se va a producir a la hora de dirigir el club. Los asiáticos son muy diferentes a los latinos. Me da la sensación que son más formales, más reservados, un punto más lejanos y que la farándula que ha habido en el entorno del Valencia en los últimos 20 años –los que uno lleva trabajando- no va con ellos. La Junta y el aparenrte hermetismo informativo fue la primera prueba de que las cosas están cambiando y eso que, al final, la cosa salió mucho mejor de lo que se preveía, pues los medios tuvimos 45 minutos para contar lo importante; los accionistas se enteraron antes que nadie de cómo está su club, y más tarde el resto de mortales supieron detalles de lo ocurrido en el Palau. “Son muy serios”, “trabajan de lo lindo”, “no paran”… Son algunas de las frases que empleados del club me cuentan con admiración cuando les pregunto que qué tal les va con sus nuevos compis de trabajo.
Ahora bien, también es incontestable el hecho que las personas de Singapur (y alrededores)que vienen a dirigir el Valencia deberán también empaparse de nuestra cultura, de nuestra forma de ser. De nuestros vaivenes emocionales (hoy eres dios, mañana el diablo); de nuestras costumbres, de nuestro idioma, de nuestros abrazos cuando nos vemos, de nuestros ‘che nano’ y de nuestra pasión por este equipo que nos inculcan generación tras generación…
Me cuentan que a Kim Koh le falta vestirse de torrentí para ser un valenciano más. Cercano y atento con los aficionados, él seguro que ha entendido algo mejor –aunque es difícil- todo el pollo que se ha montado con las entradas del derbi, la lucha de egos y la crisis de los misiles que ha estado a punto de desatarse entre Levante UD y Valencia. Es más, no me cabe duda que el bueno de Kim, que estuvo junto a Lay Hoon de tourné por Paterna y por el palco del Ciutat, y sabrá ya con amargura que una derrota de los chotos contra los granotas supone algo más que perder tres puntos.
Eso sí, como casi siempre ocurre en la vida, la certeza estará en el justo medio. La combinación perfecta será que nos acostumbremos a mojar los fartons en shake o a sustituir los fideos de la fideuà por noodles; pero siempre sin perder de vista que el Valencia CF tiene 95 años de historia, que es un sentimiento por el que la gente mata, muere y se desvive y capaz de poner o quitar presidentes sea quien sea el dueño. Yo, personalmente, no me lo tomo a la tremenda. Tengo asumido ya que ese maridaje de culturas es el coste de oportunidad que tenemos que pagar para ser de nuevo grandes, para poder dar carpetazo a un pasado –reciente- en el que estuvo en tela de juicio hasta la existencia misma del club. Así que, por si acaso, voy practicando y me preparo para aprender chino y enseñarle valenciano a quien haga falta. “Ni hao senyor Lim” (Hola Señor Lim). Xie xie Mister Salvo (Gracias señor Salvo). Feliz semana.
 David Torres
@DavidTorres1975
 

Escribir comentario 1 comentario
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar

  1. M.A. TORRES

    Muy bueno, hijo