Aunque tiene pinta y nombre de 'malote' de una película de James Bond, poco se parece nuestro Peter Lim al “Doctor No”. Quizá, si me permiten la licencia (no para matar), me recuerda más a Scaramanga, "El hombre de la pistola de oro" y a Auric Goldfinger por aquello de su fortuna. Y, les acepto también, que se asemeja al Señor Sato de “Sólo se vive dos veces” o al coronel Zao de “Muere otro día” por aquello de su origen asiático, antes que al mencionado Doctor No…
Sin embargo, cuando le observas de cerca, (10 metros, aún no he podido estar más próximo) la imagen que te transmite es totalmente diferente. Zapatillas de deporte, vaqueros, camiseta estilo militar, ‘chupa’ informal… Es un atuendo que jamás imaginaría para un multimillonario.. En fin, rarezas, podría pensar uno. Pero me reafirmo aún más en mi percepción de tipo bonachón y ‘normalote’ cuando escucho a Dani Parejo decir que es una persona que se muestra “campechana y graciosa” cada vez que baja al vestuario al acabar los partidos para darles la enhorabuena.
Y, ¿qué quieren que les diga? Me cuadra, porque es que Lim tiene pinta de eso, tiene pinta de disfrutar de la vida con la sencillez que le permite ser un multimillonario instalado cómodamente en la lista de las mil personas más ricas del mundo pero hecho a sí mismo. Tiene pinta de decirle a su piloto "oye, ponme el escudo del Valencia en el avión y que se vea bien" o a su mujer Cherie "¿Cariño por qué no vamos a paterna a ver como entrenan los chicos?".
Con todo, ¿saben lo que más me fascina de Peter Lim?: Que haya hecho suya la causa del Valencia. Supongo que antes de embarcarse en esta aventura conocería lo que significa el Valencia CF en el panorama internacional, pero de ahí a decidirse gastarse la pasta y ‘salvar’ al club de la quiebra técnica en la que estaba, media un abismo.
Sé que, llegados a este punto, es cuando alguno me pincha el globo de ilusiones que me he creado y me dice que Lim viene a hacer negocio, a colocar a los jugadores de Mendes, y demás lindezas… Y no digo yo que no tengan razón, porque imagino que Lim no se habrá hecho rico regalando dinero… Pero ¿qué necesidad tenía él de meterse en un avispero como el nuestro? Porque, una cosa está clara, las cosas le han funcionado bien de momento, pero recuerdo que aquí hemos zarandeado entrenadores, vituperado presidentes, hecho manifestaciones contra bancos, celebrado asambleas incendiarias desde hace más de veinte años y así un largo, etcétera de sinrazones que sólo nosotros entendemos. Y estoy seguro que eso a Lim se lo habrán contado ya.
Pero el caso es que a este señor, que a piori no tiene más ligazón con Valencia que una oferta más o menos interesante para comprar un club, le he visto emocionado, saludando a la afición cuando pasea por Mestalla y mucho más cercano de lo que podía imaginarme. Le he visto fotografiarse con el joven Gonzalo, salir al balcón de Mestalla, repartir alimentos para ancianos en su país, chafardear con Rufete en Paterna, bromear con Mustafi, ser ninot en una Falla...
No hay duda. En mi truculenta mente ha pasado de ser el “Dr No” al Doctor Lim: el hombre que, de la mano de Amadeo Salvo, desembarcó con Lay Hoon y su equipo para salvar de la muerte un cadáver llamado Valencia. Y en estos casos, además de insuflarle sangre (dinero) al enfermo, le ha devuelto el ánimo, la ilusión por vivir. Y eso, los médicos están hartos de decirlo, es básico para que la recuperación vaya rápida. Y miren si va veloz la cosa que el equipo ha pasado de quedarse fuera de Europa a ser tercero en la Liga y mirando más para arriba que para los que quedaron atrás en sólo unos meses...
Así que, amigo lector como “El mañana nunca muere” (al menos el del Valencia), un servidor no encuentra motivos para protagonizar "El agente 007 contra el Doctor No", sino más bien para anhelar que estos sean "Diamantes para la eternidad". Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque Valencia