Madurar al ritmo de Radio Futura
Al filo de los 40 me pregunto qué es madurar. Tomando una cerveza estas pascuas en una 'torrá' con unos amigos -papis del Vicente Gaos de primero de primaria y "enamorados (aún) de la moda juvenil"- me preguntaba entre cabezadita y cabezadita si sé qué es hacerse mayor. Se oía música de fondo y pensé si madurar es escuchar canciones de juventud como "Corazón de tiza" de Radio Futura y, tras repasar la letra, sorprenderte porque piensas que ahora no dejarían escribir a Juan Perro y los hermanos Auserón eso de que “Y si te vuelvo a ver pintar un corazón de tiza en la pared te voy a dar una paliza por haber escrito mi nombre dentro"…
¿O acaso madurar es sentir cómo se te encoge el corazón (no de tiza) cuando escuchas a Juan Bolívar contar que su amigo Jose Antonio se pasó toda la noche gritándole que se ahogaba desesperado y abandonado a su suerte en una catarata marroquí (Que rueden cabezas, por favor!)? Madurar, definitivamente, debe ser cuando el sufrimiento de los demás te duele más que el propio…
Madurar, futbolísticamente hablando, debe ser algo como escandalizarte porque sospechas que la Liga está adulterada, que los errores arbitrales –a veces– no son casualidad.
Madurar es cuando te das cuenta que el circo está montado así y que el que se adapta le va mejor que al que no… Y si no mira el Atlético qué bien le va en los últimos años.. Quizá aprendió en una "Escuela de Calor".
Madurar es cuando resoplas y piensas que no es normal que haya sólo 20 árbitros en Primera y dos sean hermanos (Manolo Lama, dixit); madurar es cuando un cántabro del Athletic está tan escandalizado como tú porque el colegiado de marras, Teixeira, es designado para un partido que está a 80 kilómetros de su casa. ¿Cómo va a pitar mal al Athletic si vive rodeado de rojiblancos y atléticos, ojo? No le dejarían salir a la calle al día siguiente. Desde luego es "la negra flor".
Madurar debe ser cuando te echas las manos a la cabeza porque un medio como Súper corre el riesgo de ser expedientado por decir lo que dijimos varios: Teixeira miente en el acta. Él asegura en el acta que Otamendi golpeó al jugador del Athletic cuando fue al revés.
Madurar debe ser cuando te das cuenta que no hay jugadores insustituibles (sin Otamendi también se puede ganar), que en el Valencia sólo debe estar el que quiera estar (va por los que tienen que renovar); y que nada es lo suficientemente trascendente para poner en tela de juicio la continuidad de un club o de un sentimiento, que es al final el que mueve todo el mundo que nos rodea.
Madurar debe ser darte cuenta que otros como Iturralde no han madurado.
¿O acaso madurar será afrontar un derbi con una paz interior absoluta y consciente de que, pase lo que pase, tiene que ser una fiesta del fútbol valenciano y que el verdadero sabor que dejará –como los buenos vinos– es el retrogusto de poder vivir y contar un nuevo duelo en Primera entre los dos clubes más importantes de la ciudad y que cada vez está más igualado en todos los aspectos?.
Madurar debe ser cuando uno es consciente de que el partido #unlatidoparaNayra es el más importante de todos los que se juegan este largo fin de semana de San Vicente.
En definitiva, no tengo claro sí sé lo que es madurar, pero por fortuna aún cuento con mis mayores en este mundo y les preguntaré. Les diré que qué es madurar a ver si ellos, que estaban indignados con la actuación de Teixeira (aunque básicamente pasan del fútbol), me explican si madurar es saber el significado de cantarle a una mujer que tiene "Veneno en la piel". Y también les pediré que me enseñen a controlarme, porque si tengo al árbitro delante y un micro… desde luego habría hecho un Nuno y un Salvo y no me hubiera quedado como "la Estatua del Jardín Botánico". Feliz derbi y feliz semana.
David Torres
Delegado ElDesmarque Valencia