En la semana que el Valencia CF volvía al trabajo de la mano de Pako Ayestarán y con la visita de la presidenta, me siento al ordenador cargado de emociones enfrentadas. En estos últimos siete días han ocurrido tres hitos en el valencianismo que no puedo dejarme en el tintero-digital antes de que este domingo toque a su fin. Vamos por orden cronológico. El lunes nos desayunamos con el multazo (para mi injustificado) de Bruselas; el miércoles nos alegramos con el fichaje de Nani y la presentación en sociedad de la nueva camiseta apaciguaron mi espíritu el viernes, poco antes del fin de semana. Son, tres tragos fuertes emocionalmente hablando que no dejan impasible a nadie, bien sea periodista, aficionado o ambas cosas a la vez.
El caso Bruselas lo dejaré para el final y así podré extenderme sin que el corrector me ponga trabas. Antes me detendré en el fichaje de Nani, para mi una operación sensacional si mantiene el nivel que ha tenido en la Eurocopa. En este repaso semanal justo es también aplaudir las nuevas equipaciones del Valencia CF para la temporada que viene. Ha merecido la pena esperar a que sacaran la nueva para comprarle la segunda equipación a mi hijo por su cumple que es por estos días. Ese negro combinado con naranja va a causar furor. Estoy convencido.
A tenor de lo escrito podría considerarse una semana buena para el conjunto de Mestalla, pero lo del lunes y las reacciones de después al multazo de Bruselas me pusieron de muy mal café.
Les pongo en situación a los que están poco iniciados en la materia: El Valencia para salvarse en 2009 tenía dos opciones: o concurso de acreedores (chungo pero asumible, estaba ya preparado) o que alguien le aportara liquidez para asumir su deuda con los bancos. Se optó por esta segunda opción y la Generalitat a través del IVF concedió un préstamo a bajo interés para que la Fundación del Valencia comprara las acciones y se pudiera así capitalizar el club. Años después, Bruselas ha entendido que eso de ayudar a los clubes está muy mal porque entonces no compiten igual de bien contra, por ejemplo, los grandes conjuntos alemanes a los que el estado les ha dado dinero para construir sus flamantes estadios, sin ir más lejos. Vamos, Bruselas dice que el Valencia tenía que haber pagado más intereses por ese préstamo a la Generalitat (como si no tuvieran cosas más importantes que medir y controlar en Europa).
El Gobierno Valenciano (PSOE, Compromís y Podemos, pero sobre todo los primeros) tienen ante sí una oportunidad de oro para mojarse por el Valencia, el Hércules, el Elche (y el Levante, que también obtuvo un préstamo). Con el tema de Bruselas, señores políticos, está prohibido ponerse de perfil
A partir de ahí, el valencianismo, tribu cainita como pocas he conocido, se ha puesto enfurecido a buscar culpables y entonar el "yo ya te lo dije". Así, he visto, leído y escuchado que:
1) la culpa es del PP que estaba en el gobierno y se gastó dinero público en ayudar a los clubes de fútbol (A todos, ojo),
2) de Olivas (ex Generalitat) que estaba en Bankia -aún hoy principal acreedor del Valencia no lo olvidemos-; por ahogar al Valencia
3) de los directivos con Llorente a la cabeza que por aquel entonces eran poco menos que unos monigotes en manos de la Generalitat
4) de todos a la vez porque era una forma de evitar que el club -en quiebra- cayera en manos de Dalport...
Todas las tesis tienen una parte de razón, pero lo que me ha hecho escandalizarme del asunto es que los políticos que gobiernan ahora, y más concretamente el presidente Ximo Puig (PSOE) y el señor Illueca del IVF (el banco de la Generalitat), se hayan puesto tan estupendos -como lo hicieron sus predecesores en su día para soltar el dinero- y les haya faltado tiempo para asegurar que van a tratar de recuperar hasta el último euro invertido en los clubes. ¿Imagino que será una pose ante los ciudadanos y sinceramente no pedirán que el Valencia les devuelva 20 millones y que el Hércules y el Elche paguen sus deudas poco menos que condenándose a la desaparición?
Leí y vi el otro día a Manuel Illueca, director general del IVF en la tele, y me pareció algo tibio en sus planteamientos: que si sensibilidad, que si habrá cómodos plazos... ¡Narices!, ¿tanto cuesta decir que la Generalitat Sí o SÍ va a recurrir la decisión de Bruselas para evitar ese pago? A fin de cuentas, no el dinero público que salió para ayudar a los clubes de fútbol valencianos y españoles -algunas de las sociedades mercantiles más importantes de este país-, ha vuelto a las arcas del gobierno. Aquí simplemente el órgano europeo estima que ese préstamo debió hacerse con más intereses porque consiera que gracias a ese dinero los clubes españoles son mejores en su lucha contra los europeos ¿?¿?¿?¿?.
Es el momento de apostar de verdad por lo nuestro y eso, para mi, no es sacar un dinero que no está presupuestado porque la Generalitat-IVF ya cobraron en su día lo prestado con la llegada de Peter Lim con sus intereses incluidos, en el caso del Valencia. El Gobierno Valenciano (PSOE, Compromís y Podemos, pero sobre todo los primeros que ostenta la presidencia) tienen ante sí una oportunidad de oro para mojarse por el Valencia, el Hércules, el Elche (y el Levante, que también obtuvo un préstamo). Con el tema de Bruselas, señores políticos, está prohibido ponerse de perfil. Feliz semana.