En este Valencia CF hasta las buenas noticias como es renovar o elegir un entrenador se acaban torciendo y dejando un sabor amargo, casi metálico en la garganta. Con Voro el debate se eterniza y no sé cómo acabará, pero de momento el técnico está cansado de que le preguntemos, el club mantiene silencio y la afición se debate entre sí, no y todo o contrario. En mi caso, cada vez que me preguntan, digo que creo que el Valencia no lo va a renovar como entrenador y que va a buscarle un acomodo en su organigrama que sea más que delegado pero menos que entrenador. No sé, llámenlo enlace con la plantilla, relaciones públicas de la entidad. El caso es que, un tío con su valencianía, que ha servido bien al club no puede abandonar una entidad que necesita hombres que sepan de fútbol.
Hecha esta exposición, este mismo domingo pedía a mis compañeros en la redacción después del partido que me dieran argumentos para no renovarlo. Su falta de experiencia y sus relaciones con el vestuario porque viene de ser delegado fueron los principales; pero a mi el que más me hizo dudar sobre su continuidad es que, si sigue como técnico, Voro tendrá fecha de caducidad. Si lo renuevan, tarde o temprano, se lo tendrán que cargar y este club no está para ir prescindiendo de iconos como Voro.
Preguntaba esto porque, con los datos en la mano, la labor de Voro es incontestable. Con él, el equipo ha pasado de estar un punto por encima del descenso a lamentarse porque no hubiera llegado antes. Voro, como agustina de Aragón, reapareció cuando nadie quedaba, le dieron el mando del equipo y ha sumado puntos y puntos devolviendo al Valencia una normalidad que había perdido con Cesare Prandelli y Pako Ayestaran.
Y es que, precisamente creo que la experiencia con el vasco es lo que ahora le va a pasar factura a Voro. El Valencia renovó a Ayestarán porque le encargó salvar una temporada desastrosa de Gary Neville y cumplió; pero a partir de ahí la cosa se torció hasta el punto que fue destituido a la cuarta jornada de Liga sin sumar ningún punto. En su defensa, una plantilla incompleta, sin centrales en las dos primeras semanas, y sin Zaza y Orellana, por ejemplo.
El Valencia, es evidente, no parece tener demasiada prisa en abordar el asunto. Mateo Alemany decía el otro día que no era el momento, que tenía una "idea" para él, pero que a su debido tiempo tratarían el tema. Quizá tengan tomada la decisión al respecto y no quieran anunciarlo todavía; pero parece que en el club y en la calle, la balanza se inclina en contra de Voro. Nadie quiere volver a pasar por la experiencia de "apostar" por un técnico sin currículum y que les salga rana.
Dicho esto, falta por saber quién tomará esa decisión -sino está tomada ya-. ¿Participará Peter Lim? ¿Dejará que la consensuen Layhoon, Mateo Alemany y Alesanco? ¿Serán suficiente sus puntos conseguidos, o ni por esas le valdrá a Voro?
A un servidor cuando le preguntan sobre qué creo que va a suceder, siempre digo que, si tuviera que apostar ahora dinero por un candidato, me decantaría porque el Valencia va a elegir a Marcelino; un entrenador sin equipo y al que casi tuvo atado en diciembre. Ahora bien, con la mano en el corazón, si el año pasado apostó el Valencia por Pako Ayestarán con menos puntos que Voro, no encuentro el argumento racional de peso para que ahora no se repita la historia.
Pero como en el fútbol los argumentos subjetivos inciden en la realidad casi tanto como los resultados, y la ilusión y las caras nuevas son necesarias cada año, el club tiene una oportunidad de oro para lavarse la cara tras una temporada lamentable apostando por un técnico que ilusione a la afición. Y ése no es Voro. Y si no, miren los resultados de la encuesta que lleva un par de meses en ElDesmarque Valencia. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque Valencia