Kempes y el verdadero cambio que implica el desembarco de Kiat Lim

Kiat Lim, no tengan dudas, llega para quedarse. Nadie sabe muy qué sucederá después de que el heredero haya tomado posesión del trono de hierro en Desembarco del Rey (Juego de Tronos) ni tan siquiera él. De su entrevista, amplia, se atisban dos cosas: Peter Lim ha dado un paso al lado para en un futuro dar otro atrás y Kiat llega con ilusión pero tampoco va a ser un director ejecutivo que esté decidiendo el día a día.

Leía a uno de mis mentores Vicente Bau en Plaza y escuchaba a ni amigo Fran Guaita en la SER que el siguiente movimiento debería ser recuperar a Kempes como embajador. Y a mí, su figura, no me genera dudas, pero veo dos objeciones: ¿El argentino quiere ser embajador de un club como el actual Valencia sabiendo lo crítico que ha sido con ellos en el pasado? Y la segunda ¿Es esa decisión la más urgente, todo y que sea un gesto muy aplaudido como el hecho de recuperar las 9 acciones para ir a la Junta? 

Creo que es más urgente otra cosa, creo que si Kiat Lim quiere desembarcar como toca debe hacerlo con dinero para mejorar la situación deportiva del club: en cristiano, fichajes o préstamos para acabar el Nou Mestalla. En la rueda de prensa posterior a la última Junta se supo que Peter Lim iba a prestar al club de nuevo 35 millones de euros (aunque luego lo capitalice en acciones ¿qué más le da tener el 91.6 % del capital que el 93?) Y uno se pregunta ¿para qué irán destinados? ¿para pagar más deuda? ¿Por qué ese dinero no lo destina a fichajes o al campo y permite que Kiat Lim desembarque con buenas intenciones y mejores alforjas? Ambas cosas facilitarían eso que dice el hijo del máximo accionista de "Queremos jugar en Europa de forma constante". Sin un estadio nuevo y sin un equipo en Europa, la estabilidad económica no llegará, el club seguirá perdiendo dinero y Peter dejará a su hijo en una entidad enfangada.

Llegados a este punto, sinceramente pienso que el verdadero cambio que ha supuesto la llegada de Kiat Lim es generacional. Layhoon, Kim Koh y el propio Peter Lim son de otra pasta, tienen aún más arraigado aquello del culto al líder, de la jerarquía intachable e inamovible y grabado a fuego la diferencia entre ellos y nosotros (los aficionados, los periodistas, los valencianos... los de aquí). Lo poco que he visto de Kiat (y lo que me cuentan algunos de los que lo han tratado) lo define como una persona que está ya en otra onda, joven, con una mentalidad más occidental y que en apenas dos días supo detectar que una de las cosas que más dolía era no poder expresarse en las Juntas y lo cambió. Su tono no parece altivo, sino más bien receptivo y eso, pase lo que pase con su paquete accionarial, siempre es un buen inicio. Ese talante, por ejemplo, es el que permitiría recuperar a Kempes sin que fuera dramático. Pase lo que pase, estaremos observando. Entretanto, feliz semana y felices fiestas. En Navidad nos leemos.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en València

dtorres@eldesmarque.com