Es Noticia

La envidia que provoca San Mamés y lo que echo en falta para acabar el Nou Mestalla

El periodista no es noticia

El Valencia empató en un gran partido en San Mamés. En esta columna, sin embargo, me quedo más con el escenario y el entorno que con todo lo bueno que pasó sobre el césped.

Lo dice Baraja, lo dice Gayà, está por la labor el Ayuntamiento, arrima el hombro Caixabank y la RFEF lo espera para el Mundial 2030 y por supuesto lo dice el ínclito Fenwick, arquitecto que imagino que un día deseará ver acabado de una vez por todas el Nou Mestalla. Sí, todos reman, pero me falta algo, me falta el empujón definitivo y el compromiso de Peter Lim. No piensen que soy idiota y espero ahora que el singapurés se levante y haga unas declaraciones diciendo que está loco por la música del nuevo estadio, pero podría encargárselo a Layhoon al menos. Más allá que los off the records y el reconocimiento entre bambalinas de que con licencias la cosa se pondrá en marcha, quizá una voz autorizada del club podría redondear este círculo.

En esas estamos cuando llegaba una cita como la de San Mamés, un estadio precioso, que no ha perdido su esencia futbolera a pesar de su cambio radical y que me molesté en ir a ver hace dos veranos junto a mi hijo Víctor para hacer "espionaje industrial". Ya me entienden, cotillear, ver cómo era eso del anillo central diáfano y contemplar un campo al que, según dicen, se parecerá el Nou Mestalla cuando esté acabado. Estando en La Catedral no pude resistirme a preguntar e indagar algunas cosas que aquí parecen de marcianos pero en el País Vasco lo tienen clarísimo. No me extenderé porque ya reflexioné sobre el asunto en 2022, pero quédense con el dato: el Nuevo San Mamé se pagó con 50 millones de euros del BBK (Actual Kutxabank), 50 millones de la Diputación de Bizkaia; 50 millones de euros del Gobierno Vasco y el Athletic Club puso: 33 millones de euros (+17 millones en concepto de cesión de terrenos).

Athletic-Valencia, San Mamés un espejo para el Nou Mestalla

Obviamente no seré yo quien pida dinero público para una obra como el Nou Mestalla, todo y que es clave para que Valencia sea sede del Mundial de Fútbol en 2030, pero choca la facilidad con la que en otras latitudes se desatascan problemas de este tipo y lo que nos gusta aquí enrocarnos. Tampoco estoy pidiendo que al Valencia CF o a Peter Lim no se les exija lo que estipula la Ley respecto a avales y demás circunstancias, pero tampoco vamos a pedirle al club más que a otro administrado, creo yo.

En Zaragoza, mucho más cerca que Bilbao, se acaba de acordar que la reforma de La Nueva Romareda la pagarán entre el Ayuntamiento, la Dirección General de Aragón y el club. Insisto, no pido que las instituciones pongan un clavel en el Nou Mestalla, pero palos en la ruedas, tampoco. Y, aun a riesgo de ser repetitivo, sigo considerando que el primer movimiento -cuando las licencias pedidas hace 15 meses estén aprobadas- lo tiene que dar sí o sí el Valencia CF o Meriton o ambos, cada cual que elija.

Entretanto, uno seguirá observando con envidia sana estadios como el Nuevo San Mamés o procesos como el de Zaragoza porque, les confieso, que sigo sin concebir un Mundial sin Valencia. ¿Se imaginan un Mundial en Valencia y con alguno de los integrantes de la Quinta del Pipo en La Roja? Es para relamerse. Feliz semana.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en Valencia

dtorres@eldesmarque.com

Escribir comentario 3 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar

  1. Koldo

    Una pequeña diferencia el club es propiedad de los más de 45000 socios y la gestión es llevada por socios que pasan unas elecciones. Para mí es como si se le pide a un ayuntamiento ampliar un McDonald's porque se a quedado pequeño.

  2. Koldo

    Una pequeña diferencia el club es propiedad de los más de 45000 socios y la gestión es llevada por socios que pasan unas elecciones. Para mí es como si se le pide a un ayuntamiento ampliar un McDonald's porque se a quedado pequeño. El problema en valencia es que se trata al club que busca grandes beneficios y pierde su carácter social y emocional.

  3. Koldo

    Una pequeña diferencia el club es propiedad de los más de 45000 socios y la gestión es llevada por socios que pasan unas elecciones. Para mí es como si se le pide a un ayuntamiento ampliar un McDonald's porque se a quedado pequeño. El problema en valencia es que se trata al club como una empresa que busca grandes beneficios y pierde su carácter social y emocional.