Menos mal que no insulté. Menos mal. Porque dicen que rectificar es de sabios y nuestro Gobierno rectificó. Pero imagino que eso de sabios que dice el refranero español tendrá también sus excepciones. Día 39 y los niños sí podrán dar un paseo junto a uno de sus padres. Algo es algo. Ya habrá tiempo y tendrán edad para que vayan al supermercado o a la farmacia. O ir a la playa...
Ya dije estos días anteriores en el blog, con permiso de los líos y decisiones de los políticos, que el tema de la playa es importante. A ver quién es el guapo que me explica cómo podremos ir a la playa en verano. O en otoño, que ya da hasta casi igual si hace más calor o más frío. El maldito coronavirus no permite la concentración de las personas y hasta que no exista una vacuna veo imposible ese momento de darte un baño en el mar o de tirarte en la arena. Bueno, en mi caso sólo lo del baño...
Seguimos. Yo no me hago ilusiones, porque no veo un futuro feliz en este tema de la playa. Muchas lagunas por ahora: ¿quién podrá ir? ¿Los que vivan en la playa y/o los que puedan trasladarse? ¿Un tanto por ciento o todo el que entre? ¿Habrá peleas por lograr el mejor sitio a pie de mar? ¿Se podrán poner las sombrillas? ¿Y las mascarillas serán obligatorias? ¿Me puede bañar con ellas? ¿Y si se mojan?
Veremos lo que pasa porque cada día es un mundo. Pero será difícil que yo cambie de opinión ahora mismo: así, sin vacuna, es imposible ir a la playa este verano. Ya habrá tiempo para ir más adelante, el año que viene o cuando sea. Mientras tanto, me pondré a escuchar la mítica canción de 'The Refrescos'. Porque aquí no playa, ¡vaya, vaya! Sigan quedándose en casa, por favor.