Le estoy cogiendo gustillo a las comparecencias públicas de nuestros políticos. También porque me interesa mucho, laboral y personalmente, aquello que digan, aunque luego sean tonterías. Que dicen muchas. Y espero con ganas que hablen, sobre todo, Pedro Sánchez y Juanma Moreno, porque nos dan mucho juego. Por detrás está Salvador Illa, que de momento no tiene el cántico de "Illa, Illa, Illa... lo que sea y después maravilla". Hoy tocó el turno de explicar las franjas de las próximas salidas a la calle. En ElDesmarque las tienen muy bien explicadas.
Por cierto, van ya 48 días del confinamiento por el maldito coronavirus. Que no lo he dicho antes y por si alguien ha perdido ya la cuenta. Y en este día 48 ya me he hecho un planning para el domingo. El sábado tengo trabajo y no podré dar unas carreritas por la urbanización. A las seis de la mañana pondré los dos pies fuera de cada para correr un poco. Aquí no me va a ver nadie y daré unas vueltecitas. Lo de correr una hora veré si aguanto. No estoy en mi mejor forma.
Llegaré a casa, porque no puedo pararme a comprar unos churritos o tomarme un café. Y despertaré a mis hijos para jugar un partidillo de fútbol en el césped. Tengo buenas porterías aunque nos estamos cargando el ciruelo de mi suegro. Hay más ciruelas ya en el suelo que en el árbol, pero bueno. Algún gol sí que metemos.
Y tras el fútbol, un buen desayuno, porque al rato tenemos la opción de salir otra hora con los niños. Un ratito mi mujer y otro ratito yo. Más vueltas a la urbanización. No tengo perro pero a la vuelta de estar con los niños me tocará levantar la mano para sacar la basura. No está lejos el contenedor pero puede venir bien para estirar las piernas.
A la vuelta, bici. Dolor de riñones para que mi hijo aprenda a montar en bici ya sin ruedines. ¿Se dice ruedines, no? Almorzar (o casi merendar) y a descansar porque después habrá tiempo para correr otra horita... Bueno, esto me lo pensaré mejor esta noche, pero ya me está dando un tirón la pierna. A ver si lo mejor para mí va a ser quedarme en casa tumbado, porque me temo que más de un irresponsable aprovechará estas medidas para volver a su normalidad. Como el primer día de salida de niños y esos padres... ¡Ay, esos padres!