Casi no llego, pero todavía. Esto es como cuando uno felicita a alguien antes de que den las 00.00 horas. ¿Es el mismo día, no? Pues eso. Tarde para escribir pero ha sido un día largo. Otro día más de runner porque ya le va cogiendo uno el gustillo a sudar de vez en cuando. El tiempo y la distancia sólo la sabemos mi móvil y yo. Casi mejor. Y, como se han puesto de moda los bulos en la cuarentena por este maldito coronavirus, puede decir que casi bato el récord del mundo.
No me lo creo ni yo, lógicamente. Por muchas veces que lo diga, por mucha campaña que haga y por mucha gente que tenga comprada para defenderme, es mentira que mi ritmo era no ya bueno, ni decente siquiera. Que conste que el propósito es mejorar cada semana y lo haré. Pero como tengo pocos francotiradores ni soldados que me defiendan, tendré que luchar yo sólo para darme a conocer con runner. Allá voy.
Quien tenga dos deditos de frente habrá comprobado que muchas de las historias, críticas, noticias y datos que se han contado durante la cuarentena son mentira. Que los que gobiernan se defienden atacando a los que critican al poder. Y viceversa. Que unos levantan las alfombras para recoger el polvo y la suciedad de los otros y los otros de los unos. Claro está que quienes están en el poder serán los culpables de los males y de los aciertos. Eso no falta decirlo muchas veces.
A lo que iba en este blog. No se crean muchas de las cosas que leen o escuchan porque tienen políticamente su oscuridad. Vamos, que son mentira. Eso sí, como he dicho muchas veces, un torpe con una persona al lado de comunicación y/o imagen que le asesore mal seguirá siendo un torpe. Un torpe con una persona al lado que le lleve por el buen camino será menos torpe. Como torpes son aquellos que salen a la calle sin cumplir las normas porque les da la gana. Seguro que más de uno se ha comido alguno de los bulos...