Vaya día bueno para el que le guste la lluvia. Y vaya día bueno para reventar a aquellos que se han hecho los graciosos por ir a los bares como si no hubiera un mañana, como si no existiera el ayer. En este día 62 de la cuarentena por el maldito coronavirus ha sido mejor no salir de casa. El mejor plan posible. Casi ni el paseíto habitual porque ha llovido prácticamente en todas las horas. Eso sí, aguantar a los niños sin poder moverse sí tiene su premio. Menos mal que yo tengo espacio.
No me esperaba yo este cambio de tiempo, la verdad. Sin querer entrar a contar intimidades, uno pasa frío al dormir con una camiseta unas calzonas. He ido de guay y a ver si me voy a poner malillo. No es el mejor momento para coger un resfriado, porque visto lo que ocurre con algunos futbolistas habría que estar varios días sin poder entrenar para evitar sustos mayores. ¿Cuántos días hay que estar sufriendo por un resfriado?
Lo mejor es prevenir y no ponerse malos. Los niños quieren jugar bajo la lluvia, hacen la gracia con un paraguas pero no me vale ni así. Lo justo y para dentro. Que no está el horno para bollos y la pinta de que haya un repunte por el coronavirus se paga ya bastante barata en las casas de apuestas. Aquel que no sea consciente de lo que ocurre y de lo que puede pasar debería ser castigado. Por su culpa pueden enfermar otros y hasta familiares cercanos. A lo mejor les da igual, que puede ser.
La lluvia no va a acabar con el maldito bicho y va a dejar seca las cajas de muchos comercios. Mi suegro lo dice: suelo mojado, caja seca. Y así es. Otra cosa es que esta lluvia aleje a los insensatos de los bares y de las reuniones. Que parece que hay comidas de Navidad en mayo. A muchos les da igual. Al resto, por favor, sigan quedándose en casa.