Sarabia: 'Los que me chillaban a los 10 segundos sacaban pañuelos con mis goles'

A Manolo Sarabia le vuelve loco el fútbol, sobre todo el buen fútbol, habría que añadir.

Por eso nos cuenta orgulloso la anécdota de como Pep Guardiola le dijo a Canal Plus ante su reiterada insistencia por entrevistarle que "¿para qué queréis una entrevista mía? Si sobre fútbol voy a decir lo mismo que dice Sarabia cada día".
En esta segunda parte de su entrevista en ElDesmarque en el local de Poza 57 de Bacalao Eguino ahondamos en la faceta personal de un futbolista que puso San Mamés en pie inumerables veces. Discutido, adorado, genial, diferente,... Lo cierto es que dejó jugadas para el recuerdo y para los jóvenes que solo han oído hablar de sus 'bicicletas' y creen que igual solo era un jugador vistoso, dos datos: 118 goles marcados en 382 partidos con el Athletic y cuatro títulos alzados. 
- Si te parece vamos al principio. Se puede decir que fuiste futbolista por tu madre...
Sí jajaja, por mi madre porque los genes futbolísticos de la familia nacieron con ella. Hace casi 80 años, cuando tenía 15 se iba al fútbol ella sola, no iba ninguna mujer más. A partir de ahí nací futbolista, porque en su vientre pegaba patadas y nada más salir el balón y el fútbol han sido lo más grande para mí. 
- Y del Athletic por tu hermano...
Quizás sí, el grandísimo disgusto que se llevó mi hermano al no poder jugar en el Athletic por no nacer aquí en el fondo me hizo esforzarme más para ser mejor futbolista y poder jugar en el Athletic. Desgraciadamente él no pudo hacerlo. 
 
- Javier Clemente hace unos pocos años reconocía tu carácter y tu calidad, pero el enfrentamiento te lo recuerdan hasta hoy día por la calle...
Bueno, la historia del Athletic tiene muchos momentos importantes e históricos y con eso nos tenemos que quedar.
 
- Eras un futbolista distinto, con clase para regalar...
Yo siempre tuve muy claro que tenía diferentes objetivos cuando jugaba. El primero, y por encima de todos, era buscar el beneficio del Athletic, y luego hacer disfrutar al espectador. Lo tenía clarísimo, jugaba para ganar y para que el espectador disfrutase. Me siento totalmente realizado cuando alguien se me acerca hoy día y me dice 'cuanto me has hecho disfrutar'. Eso es lo más bonito y lo más grande que me ha podido ocurrir, porque ese era mi objetivo.
 
- El talento genera siempre debates: ¿se puede decir que fuíste amado u odiado?
Bueno, a veces hasta los que me chillaban, que los había, a los diez segundos hacía yo una jugada y ese mismo sacaba el pañuelo. Entonces fui un afortunado, y lo soy hoy, porque para mi sigo siendo futbolista. Mi mentalidad es de futbolista y cuando alguien me viene a agradecer lo que hice en el campo eso es lo más grande para mí.
 
- Tus bicicletas dejaron huella en La Catedral...
Sí y la verdad siendo sincero que pese a que mucha gente me lo apunta como una invención mía, en realidad fue a un brasileño que tenía el Atlético de Madrid, Leivinha, al primero que le ví hacer una y de ahí la cogí. Con la diferencia que él era diestro y salía hacia la izquierda y yo lo hacía justo al revés.
 
- Y también tus goles o tus dos caños al madridista Johny Metgod en la misma jugada en un Teresa Herrera en el que te eligieron mejor jugador... 

Sí, ese torneo fue increíble. Pero una de las cosas de las que más me gustaria tener videos, no es de los caños o de los pañuelos que sacaban con todo San Mamés afónico coreando mi nombre, eso ya lo tengo en la cabeza. Sino de cuando tenía 10 años en el patio de los frailes en Sestao, o en el infantil del San Pedro. Ver mis orígenes, cuando disfrutaba jugando contra chavales que me sacaban 50 centímetros y 20 kilos.
 

- Algo has visto que te ha puesto los dientes largos entonces...
Claro, ese 'Informe Robinson' tan maravilloso de Messi cuando era un enano, y en realidad ves las imágenes de Leo y juega igual ahora que cuando tenía 9 años. Exactamente igual. No puede haber más naturalidad jugando. Ese es el fútbol que a todos nos ha gustado, el de echar a pies y elegir para jugar un partido, al primero que elegías es a ése, al que hacía esas cosas. Echo de menos no poder enseñarles un video mío como ese a mis hijos.
 
- Tan flaco eras entonces que hasta Perdiguero te tuvo que defender una vez con unas tijeras... 
Sí, sí, jajaja en Astillero. Era juvenil, debuté ante el Ensidesa en San Mamés, y luego ya en el segundo partido fui titular ante el Astillero. Yo era un alfiler de 60 kilos y había unos centrales que vamos... Total que me dieron una patada y Chucho saltó al campo sin pedir permiso, se acercó al central que medió la patada, le sacó unas tijeras y le dijo 'como le vuelvas a pegar te rajo'. Chucho era un hombre entrañable, sin más, anécdotas del fútbol jajaja.
 
- Mi primer recuerdo fresco en San Mamés fue un 3-0 al Real Madrid. Allí salió un chico delgado de suplente y puso La Catedral llena de pañuelos... 
Sí, lo recuerdo perfectamente. Al poco de salir cogí una pelota en medio campo, me fui driblando de Vicente del Bosque, de Benito y de un par de ellos más y cuando salío García Remón se la metí a un lado. Fue uno de los grandes goles que metí en el Athletic, que afortunadamente fueron unos cuantos. La anécdota es que tras meter el gol me vino Goyo Benito, que era duro duro, y cuando pensaba que me iba a dar la tarascada que antes no me había podido pillar, me dió la mano por el golazo que había metido. 
 
- Aquel Athletic campeón y aquellas gabarras nunca podrán olvidarse... 
Lamentablemente las finales son maravillosas, pero no hay nada como ganar. Ganar es lo más importante y son demasiados años ya sin ganar nada. Aparte en aquellos años jugábamos a fútbol muy bien, eramos un equipo que fuimos campeones porque eramos los mejores. Teníamos el mejor portero, y la mejor defensa, centro del campo y delantera. Así de sencillo. Un equipo unido, que vivía la profesión, que nos llevábamos muy bien... Necesitamos ganar algo ya en el Athletic, no puede pasar tanto tiempo sin nada.
 
- Por último, pero qué te hacía Isma Urtubi con las botas que hasta te quedaste alguna vez sin poder jugar...
Jajaja Jabalí era un fenómeno. Con su cara de buena persona que parece que no rompe un plato, siempre estaba pensando en que putada le puedo hacer a este. Fue en Alicante con la selección contra Finlandia, yo tenía la costumbre de estar en el banquillo sin las botas puestas. Total que uno pidió el cambio, Miguel Muñoz me dijo 'calienta rápido', y el castrón de Isma me escondió las botas en el foso. Yo no las encontraba, Isma callado y el mister que se puso a gritar 'venga, vamos Sarabia, joder' y vaya mal rato que pasé jajaja... Este Jabalí era un artista.