En tiempos de oscuridad las debilidades afloran. Ahora germina una época de sentimientos encontrados, entre la eterna pugna de los sueños que ya se marchitaron y los que quedan por cumplir. Cuando el frío y las bufandas debían dejar su sitio al azahar y el calor del lorenzo, un maldito virus asoló nuestro territorio y mantiene asfixiado a todo un país. Un enemigo al que hay que golpearle hasta arrancarle una sonrisa. Porque así somos aquí, en la ciudad donde las penas se ahogan en familia, donde los obstáculos se saltan bailando. Y es que no hay mayor tesoro que disfrutar así de la vida.
Y hablando de tesoro desde estas líneas quiero enseñaros el mío. Mi bien más preciado, mi 'niña' pequeña, mi debilidad. El que con cariño llevo más de una década forjando y que junto a mi padre hoy puedo lucir con orgullo. Él fue quien me metió el veneno y la pasión por el fútbol, transformada en esta colección que supera el centenar de bufandas. Recuerdos de cualquier rincón del mundo, de casi 30 países diferentes. Bufandas que esconden un sinfín de historias anónimas, casi todas ellas regaladas, y que acumulan un buen puñado de kilómetros a sus espaldas.
Aprovechando la campaña de los #TesorosDeElDesmarque, aquí os dejo el mío, también con #TesorosDelSevilla y #TesorosDelBetis. Presentes de equipos extintos, como el Múnich 1860 o el antiguo Almería. Regalos, intercambios, donaciones... Desde la regional española hasta Panamá, Rumanía, Marruecos o Bulgaria.
SALUDOS DESDE ISRAEL 🇮🇱 https://www.facebook.com/scarfcollectionidomoses/