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Angustias, Dolores y Felicidad, tres nombres de mujer para un Derbi

Gil Manzano, durante el derbi sevillano.
Nacho Delgado

El atávico 'techo de cristal' se va resquebrajando poco a poco como si España fuera un país moderno. Las mujeres ya no tienen que pedir permiso para sacar dinero del banco, ni presignarse antes de ponerse una minifalda. Dirigen empresas y van al fútbol, las muy locuelas. Incluso juegan a este deporte de ADN genuinamente masculino.

Hace mucho que tienen la potestad de ir al campo a ver un derbi si les place. Este domingo habrá muchas en el Benito Villamarín y otras muchas en bares o en sus casas viviendo con pasión la eterna rivalidad sevillana. Llega la cosa a que haya un derbi hispalense de féminas.

Nunca un derbi llevará nombre de mujer porque este fútbol es cosa de hombres. No obstante, tres nombres femeninos nos vienen de lujo para nominar lo que puede pasar en esta primera entrega del Gran Derbi sevillano 2019-20. Uno de ellos resulta obvio: Felicidad.

Es la que se apoderará de quien sea capaz de llevarse la victoria, en caso de llevársela alguno. Un chute de adrenalina positiva, un aval para seguir creyendo en un proyecto, una 'guantaíta' al contrario en el fratricidio de cada temporada. Y, sobre todo, el gran argumento para desatar la guasa sevillana, que se descorchará el mismo domingo por la noche y dispondrá después de muchos días sin fútbol para explayarse.

Angustias béticas

Angustias recorrerá las carnes del beticismo si el otro equipo de la ciudad profana el templo de las trece barras. La afrenta de rivalidad será casi lo de menos ante la incertidumbre deportiva rediviva. Otra vez volverán las oscuras golondrinas de la clasificación, el calendario y los errores en la planificación.

Angustias sentirá de nuevo Rubi, cuyo trabajo volverá a estar mirado con lupa. Las dudas harán tambalear los respaldos y las sombras se ceñirán a su cuello, apresado en los tentáculos del entorno. Angustias de mazapanes que se escapan en medio de un futuro nebuloso.

Angustias tendrá en el cuerpo el consejo, cada vez más discutido en lo deportivo y al que la revolución social y estructural no basta para contentar al beticismo. Desasosiego, el marido de Angustias, de no llegar nunca a donde llega el vecino. De no alcanzar jamás lo que se quiere alcanzar.

Dolores sevillistas

Dolores torturará al sevillismo si el otro equipo de la ciudad contradice el supuesto favoritismo que se le atribuye a su equipo. Dolores de cabeza, de estómago y musculares. Dolores de ego, de ver que un rival al que consideran inferior se crece para tumbarte; de darse cuenta de que el proyecto no termina de estar a la altura de los grandes.

Dolores turbará a Lopetegui, al que todavía muchos de su bando no reconocen suficiente mérito y que no terminaría de poner al equipo donde por potencial se supone que debe estar. Dolores Dabbur y Dolores de Jong. A Pepe Castro también le sobrevendrá Dolores, viendo que la grandeza de su reinado no recobra el brillo de otra época.

Y Dolores tendrá Monchi, el gran muñidor de este renovado equipo que sentirá los puñales fraternales en su corazón blanquirrojo. Dolores de que el antídoto verdiblanco pueda con el veneno sevillista.

¿Y si hay empate? Entonces el nombre del Derbi será Remedios. Ambos tendrán que buscarlos. Y rápido.

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