El VAR y el nuevo Betis de Pellegrini

Visto el partido ante el Real Madrid y vistas las reacciones mayoritarias, cualquiera sentiría la tentación de clamar contra el VAR y su maldad para con el nuevo Real Betis de Pellegrini. No caeré en ella. Sería sumamente fácil y me granjearía alguna palmadita condescendiente, pero no sucumbiré. No me pagan por populismo ni por ponerme ninguna bufanda, sino por tratar de hacer periodismo, por intentar ver la realidad de la forma más objetiva posible y analizarla con cierto criterio.

Y por opinar, lo cual ya entra en el terreno de lo absolutamente subjetivo. Al cuadro verdiblanco no le robaron tres puntos este pasado sábado. Así me lo parece a mí, al menos. Se puede discutir lo extremadamente milimétrico que puede resultar el juicio arbitral mediando el VAR. Se puede esperar uno a ver si ese mismo rasero se le aplica en contra al grande (Real Madrid) a lo largo de una temporada. Y se puede dejar llevar uno también por el trazado trigonométrico de las líneas y por el historial de agravios comparativos del que se acuerda. Faltaría más.

Más allá del enfado consustancial a la defensa de unos colores, no obstante, me parece injusto, sobre todo si mientras tanto uno no está dispuesto a aplicar los mismos razonamientos con la manita de Óscar Plano cuando vinieron bien dadas. La mayor parte de las decisiones arbitrales del partido me parecieron correctas. Las observadas con minuciosidad extrema, también.

El bosque del VAR y los árboles verdes del nuevo Betis

Pero sobre todo me parece estéril. Lógico si eres un seguidor enfervorecido, aunque estéril si quieres seguir haciendo crecer el proyecto deportivo. No creo que el bosque del VAR deba inhabilitar la visión de los árboles verdes y frondosos que se intuyen en este nuevo Real Betis. A mí, personalmente, la inercia de las últimas temporadas me impedía augurarlos. Ahora, después de tres partidos y, principalmente, lo visto ante el Real Madrid entiendo que se puede alimentar la ilusión.

Precisamente ahora que se ve la mano de un entrenador, que se demuestra que la plantilla no era ni mucho menos mediocre, que se van consolidando indiscutibles referentes en el juego del equipo: precisamente ahora, digo, no creo que sea el momento de perderse en irascibles lamentos y quejas vanas. El nuevo Betis de Pellegrini parece una cosa distinta y eso es lo único importante.

Es más, es lo que espero que haya transmitido al grupo el director deportivo Antonio Cordón en el primer entrenamiento tras el partido. Porque, efectivamente, como él mismo dijo esta semana pasada el cargo implica mucho más que fichar, que también hay que hacerlo (y lo mejor posible). Eso, y que Pellegrini y los jugadores se afanen en corregir los errores cometidos ante un rival que no perdona ni un despiste.

Pasó el momento de pensar en lo que pudo (o debió) ser y no fue. Esa cuestión, en todo caso, deberá abordarla la dirigencia en el foro adecuado y con las pruebas que lo acrediten. El fútbol profesional de máximo nivel no tiene botón de pausa. La máquina te atropella si te paras a mirar el color con el que vienen las nubes. Pasado mañana viene otro tren, un morlaco ceñudo y bravo llamado Getafe que pondrá otra vez a prueba el cambio que ansía la afición. Todo lo que no sea pensar en eso valdrá ya de poco.