Pese a que los fans que recogen las bolas en los partidos de béisbol no suelen estar bien vistos por el resto del estadio, ese no fue el caso para Keith Hartley, el 'padre aficionado' que se ganó al público de Chicago con un aplauso unánime durante el Chicago Cubs-Los Ángeles Dogders.
Hartley recogió una bola con una mano que venía en el aire justo antes de que la atrapara el jugador, pero es además con el 'hándicap' de tener a su bebé de tan solo siete meses en el otro brazo, lo que conllevó de inmediato el delirio en las gradas del estadio. El padre se dejó querer además cuando justo después señaló a su hijo para que todos vieran su 'logro'.