Aunque detrás de sus gafas oscuras tiene aspecto de canadiense, cuando está en su casa en Vancouver el marchista Iñaki Gómez suele desempolvar su lado mexicano-español y lo alimenta con tacos picantes y paellas.Gustavo Borges
"Me encanta la comida mexicana, como con picante, me gustan los tacos y las tortas poblanas, pero en casa también cocinamos paella porque mis abuelos son del País Vasco y mis padres conservan las costumbres", asegura Gómez, subcampeón hoy en la caminata (marcha) de 20 kilómetros de los Juegos Panamericanos de Toronto.
Es un hombre de mediana estatura y cabello claro como el de muchos canadienses, pero es original de la Ciudad de México, donde nació en 1988.
"Cuando tenían 24 años mis padres se fueron a Vancouver a estudiar idiomas, se enamoraron de la ciudad y nos mudamos para acá. En México era nadador de estilo mariposa y jugaba fútbol y fue en Canadá donde comencé en el atletismo" recuerda.
Gómez se ratificó hoy como uno de los mejores atletas de caminata de América al ganar la medalla de plata en los 20 kilómetros con un tiempo de 1h 24:25, detrás de su compatriota Evan Dunfee (1h 23:06), quien dominó la prueba de punta a punta.
"Trabajé duro en un campamento en Suiza, luego caminé en el Campeonato Nacional y llegué en forma al día de hoy; estoy en un momento de madurez de mi vida y ahora el propósito es concentrarme en los Mundiales de atletismo de agosto en China y en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro", aseveró
En un deporte como la marcha, que se desarrolla en un ambiente de polémica por las violaciones de las reglas, el canadiense Iñaki Gómez tuvo buen tino al estudiar derecho. Ahora, graduado de abogado, está obsesionado con la ley y en los entrenamientos trabaja duro la técnica para no violar las reglas.
"Soy abogado, me dieron el título en abril, y trabajo duro la técnica para nunca violar el reglamento; hasta hoy nunca me han descalificado", explica.
En una competencia en la que estuvieron el subcampeón olímpico Erick Barrondo, el tricampeón mundial juvenil Eider Arévalo y el bronce de los Mundiales de Atletismo de 2009, Eder Sánchez, los canadienses apostaron a lanzarse sin red de seguridad y se repartieron el oro y la plata en condiciones de extremo calor.
"Esta medalla vale mucho, la gané en casa, no hay dinero en el mundo que pueda comprarla porque vale muchos entrenamientos y 20 kilómetros de lucha".
Es sobrio en las entrevistas y, abogado al fin, severo con los tramposos como los competidores rusos que han sido descubiertos dopados y han ensuciado el ambiente de su deporte.
"Por suerte ya no están, se ha hecho justicia al sancionarlos; de los demás la inmensa mayoría somos limpios y los récords mundiales lo están haciendo los que mejor se entrenan, por mi parte trabajo duro para pasearme entre ellos", dice.
Después de los Mundiales, Iñaki Gómez se tomará un año sabático para prepararse para los Juegos Olímpicos. A inicios de año tiene prevista una parada para refrescar su lado mexicano, en el Challenge de Chihuahua, donde cada año hace contacto con tu país de origen.
"Muchas veces me da tiempo para visitar a la familia que se quedó en el Distrito Federal, México me sigue gustando", concluye.