La bielorrusa Marina Arzamasova, campeona de Europa de 800 metros el pasado año, se proclamó campeona del mundo en Pekín con una marca de 1:58.03, manteniendo a raya a las dos que le persiguieron durante 200 metros, la canadiense Melissa Bishop y la keniana Eunice Sum, defensora del título.Fue un esprint sostenido que Arzamasova lanzó al penetrar en la última curva. Sum había pasado en cabeza el 400 en 59.08, pero en la recta de enfrente se le emparejó la bielorrusa, presta a lanzar su ataque definitivo.
Las tres posiciones delanteras no cambiaron un ápice a lo largo de toda la recta, aunque la keniana lo intentó desesperadamente saliendo a la calle dos.
Bishop cruzó la raya nueve centésimas después que Arzamasova, y Eunice llegó a 15 centésimas de la atleta a quien cedía la corona.
Sum, que hace dos años sorprendió a las favoritas en la final de Moscú, competía ya esta año a cara descubierta, después de haber rebajado su récord personal hasta los 1:56.99 de París.
El tercer puesto de Sum en su semifinal, por detrás de Bishop y de Arzamasova dibujaba un signo de interrogación sobre el desenlace de una carrera sin una favorita clara, que al final se decantó del lado de la bielorrusa.