A pocos metros del lugar donde habitualmente se entrenan las atletas Diana Martín o Ana Peleteiro, la haltera Lidia Valentín o la doble campeona del mundo de bádminton Carolina Marín, el historiador Jorge García reivindicó la figura de las pioneras del deporte femenino español.Lucía Santiago
Mujeres como Lilí Álvarez, Margot Moles, Aurora Villa, María Aumacellas, Clementina Ribalta, Lola Marnet, Panchita Subirana, Merceditas Martí o las hermanas Rosa y Mercedes Castelltort, algunas de las protagonistas de "El origen del deporte femenino en España", un libro autoeditado por Jorge García, también seguidor del salmantino Perfumerías Avenida de baloncesto.
En la sede del Consejo Superior de Deportes (CSD) presentó este miércoles el resultado de tres años de investigación recogidos en un tomo de 855 páginas. "Un estudio", subrayó la periodista Paloma del Río, autora del prólogo, "que permitirá poner nombre y apellidos a quienes abrieron el camino y abanderaron la lucha por la práctica deportiva de la mujer".
Con zapatos de un kilo de peso construyó su carrera atlética Aurora Villa, a quien Jorge García redescubrió a través de la ropa, los dorsales y los trofeos que sus familiares todavía conservan de aquella época. Algo atípico ya que el olvido imperó cuando los ojos del investigador intentaron mirar hacia la primera mitad de siglo.
"En muchos casos, las familias o las propias protagonistas lo ocultaron porque tenían miedo a las represalias. Las prácticas deportivas se desaconsejaron y ellas, al casarse o al volver al rol que se les impuso, que era el del hogar, no querían por las circunstancias de aquella época que se supiera nada de su pasado. Por eso hoy está olvidado", explicó a EFE Jorge García.
Él consiguió, a través de imágenes y recortes de periódicos, abrir "el corazón" de los familiares de las pioneras del deporte femenino y, mediante sus testimonios, logró reivindicar su existencia 70 años después.
A un "periodo oscuro" da luz con su relato el historiador salmantino, quien tomó como punto de partida los campeonatos de aquellos años para adentrarse después en las participantes.
"Un familiar te lleva a otro familiar o a otro deportista; un club de lleva a otro club o a otro campeonato; y, así, hasta que recopilas la cantidad de información que hay en este libro", dijo.
"Aunque en otro país no solo tendrían una biografía, sino que incluso podría haberse llevado al cine. En países como Estados Unidos le habrían dado una importancia máxima. Aquí están injustamente olvidadas", lamentó.
Pese a ser casi desconocidas para el gran público, Margot Moles o Aurora Villa "iniciaron algo que hoy está visible". "Si en todos los ámbitos de la vida encuentras el deporte, es gracias a ellas", reivindicó el autor del libro.
El cambio de régimen tras la Guerra Civil, explicó García, fue lo que propició su "olvido". "Se intentó silenciar todo lo anterior. Esos treinta años de silencio, hasta que el deporte femenino vuelve a arrancar, provocó un intento de olvidar, de no remover cosas del pasado. Eso las ha dejado en un segundo plano", recalcó.
A ellas y a las mujeres del ámbito cultural.
"Hay una Generación del 27 femenina, hay muchísimas pintoras de los años 20 y 30 que están olvidadas, muchísimas mujeres músicas y poetas. Por no intentar buscar en el pasado y no intentar mover lo que parece que la Guerra Civil movió, están quedando olvidadas. Solo con trabajos como este podemos verlas, reconocerlas y saber que existieron", aseguró el historiador en una entrevista a EFE.
Un perfil "llano y trabajador" encontró en muchas de las protagonistas del origen del deporte femenino, mujeres "muy avanzadas que competían en muchas disciplinas" como el atletismo, la natación o el hockey. "Eran figuras en todo lo que hacían como en el caso de Aurora Villa o Margot Moles", destacó Jorge García.
La excepción fue Lilí Álvarez, "una deportista importante, pero que vivía en un nivel más elevado". "Vivía en Europa, entre la alta burguesía o la aristocracia y tenía más fácil acceder al deporte".
"Las deportistas de Madrid, en cambio, con muy poco consiguieron mucho", afirmó el historiador. "Eso es, quizás, lo que más me llama la atención. No teniendo los medios ni familiares cercanos que practicaran deporte, consiguieron batir récords del mundo. Es alucinante", sentenció.