La facilidad para adquirir medicamentos que mejoran el rendimiento deportivo, como esteroides y anabolizantes, y el bajo precio de esos productos atraen cada año a miles de culturistas hasta el enclave turístico tailandés de Pattaya.Noel Caballero
Con tan solo unos pocos contactos es relativamente sencillo obtener un completo cóctel de pastillas, ampollas o sustancias inyectables en una farmacia del centro de Pattaya, como pudo comprobar Efe.
"Aunque según la ley se necesita prescripción para la compra de estos productos, las farmacias no actúan con rigor e incluso a veces se puede conseguir la receta pagando unos dólares al médico para que la expida", asegura un australiano que pide ser identificado solo como Alex.
Alex, una de las tantas moles de músculos que pasean por el malecón de Pattaya, una urbe situada a unos 150 kilómetros al suroeste de Bangkok, comenta que él mismo consume este tipo de productos para mejorar su rendimiento.
El australiano explica que él y otros que buscan acelerar el crecimiento y volumen de los músculos siguen un programa de dos meses en el que se entrenan con pesas e ingieren, cada 48 o 72 horas, una combinación de medicamentos para potenciar el físico.
"Algunas farmacias tienen hasta servicio de entrega a domicilio cuando no disponen de los artículos en la tienda (y tienen que pedirlos)", apunta Alex.
El precio de estos medicamentos en Tailandia es "ridículo" comparado con la oferta en el "mercado negro" de Australia, donde el coste pude llegar a multiplicarse hasta por diez, según Alex.
Atraídos por esa diferencia de precio, avispados emprendedores de lo ilícito se han establecido en la ciudad costera tailandesa para abastecerse de medicinas a bajo coste.
"Yo mismo he enviado algún paquete con esteroides o me he arriesgado a viajar a Australia con algunas pastillas en la maleta. Es una manera fácil de recuperar la inversión del viaje o sacarte un dinero extra", reconoce el culturista australiano.
Las asociaciones de medicina deportiva alertan contra el uso de este tipo de tratamientos porque puede causar graves problemas de salud, como desarrollar tipos de cáncer o incluso la muerte por fallo cardiaco.
Alopecia, infertilidad y problemas renales son otras afecciones que pueden derivarse del consumo de este tipo de sustancias.
En agosto de 2011, el popular culturista australiano Aziz Shavershian, especialmente activo en su época en las redes sociales, apareció muerto en una sauna de Pattaya: tenía 22 años de edad.
Tras la autopsia, los médicos constataron que "Zyzz", como le gustaba que le llamaran, falleció de un ataque al corazón.
La Policía de Australia había detenido al hermano de "Zyzz", Said Shavershian, por posesión ilegal de esteroides unas semanas antes del deceso de Aziz.
"El problema son los jóvenes descerebrados que llegan a Pattaya con ganas de comerse el mundo y abusan de los productos sin tener un conocimiento completo sobre lo que están tomando", advierte Alex, y añade que él lleva cerca de una década "metiéndose" y "nunca" ha padecido malas reacciones.
"Hay que tener ojo porque en ocasiones los productos son falsificaciones baratas o fármacos de calidad inferior de fabricación local", avisa el australiano.
La gran mayoría de los culturistas que visitan Pattaya proceden de Australia, país con leyes más rigurosas sobre la compraventa de medicamentos deportivos y que castiga con hasta cinco años de prisión y una multa de 110.000 dólares el contrabando de esteroides y anabolizantes, entre otras sustancias que mejoran el rendimiento deportivo.