La proliferación de infracciones de dopaje
retroactivos en el deporte ruso podría erigirse en instrumento del
destino para satisfacer la deuda que el atletismo mantiene con Jesús
Ángel García Bragado y Ruth Beitia: la medalla olímpica.
José Antonio Diego
A lo largo de sus dilatadas carreras, los dos, verdaderas
leyendas vivas del atletismo español, han ganado laureles, honores y
medallas internacionales -Beitia doce, Bragado seis-, pero ninguna
olímpica hasta hoy.
El mejor lanzador de peso español de todos los tiempos, Manuel
Martínez, ya recibió con nueve años de retraso su primera medalla
olímpica, un bronce que obtuvo -aunque entonces no lo supo- en el
solar primigenio de la antigua Olimpia durante los Juegos de Atenas
2004 tras la descalificación por dopaje del que había sido campeón,
el ucraniano Yuri Bilonog.
Ahora, el reanálisis de las muestras depositadas por los atletas
en controles de dopaje practicados en los Juegos de Pekín 2008 ha
revelado 31 nuevos positivos, catorce de ellos pertenecientes a
atletas rusos, y entre ellos, dos que pueden afectar directamente a
Ruth y a "Chuso".
Denis Nizhegorodov, bronce en 50 km marcha, precedió en la meta
de Pekín 2008 precisamente a García Bragado, cuyo cuarto puesto era,
con todo, su mejor resultado olímpico (cuatro años antes había sido
quinto en Atenas).
De confirmarse el positivo del ruso -el COI aún no ha dicho nada
oficialmente-, la normativa exige su descalificación y, en
consecuencia, el ascenso automático de García Bragado al que sería
su primer podio olímpico, ahora que tiene 46 años.
Treinta y tres años después de conquistar el título mundial de 50
km marcha en Stuttgart'93, el marchador madrileño puede ver, al fin,
realizado su sueño de colgarse una medalla olímpica.
Bragado batirá en Río todo un récord de longevidad al participar
por séptima vez en unos Juegos, pero ya con la satisfacción íntima
de haber aprobado su asignatura pendiente: la medalla olímpica.
Ruth Beitia, con un asombroso set de doce medallas
internacionales (13 si se cuenta un oro europeo sub-23), ha logrado
en los cuatro últimos años hacerse con el título de mejor atleta
española de todos los tiempos, rango honorífico que la palentina
Marta Domínguez le disputaba hasta su caída en desgracia por
anormalidades en su pasaporte biológico.
La saltadoras cántabra reitera una y otra vez, desde hace años,
que el único sueño que le queda por cumplir es la medalla olímpica y
a tal efecto se prepara a conciencia para verlo realizado en los
Juegos de Río, dentro de dos meses y medio.
Los Juegos de Londres 2012 le dejaron el regusto amargo del
cuarto puesto, después de haber ocupado durante muchos minutos el
tercer puesto en la final olímpica, pero la guerra contra el dopaje
desatada en todo el mundo, incluso con carácter retroactivo, puede
obrar el milagro de otorgarle la presea soñada sin necesidad de
enfrentarse al listón.
Entre los nuevos positivos de Pekín 2008 figura también Anna
Chicherova, una atleta rusa que a menudo se ha cruzado en la
trayectoria de Ruth Beitia hacia las medallas en alta competición.
Chicherova perderá con seguridad, si se confirma, su bronce
olímpico pequinés y Beitia avanzará del séptimo al sexto puesto en
aquella clasificación oficial, pero el castigo a "Mamá Chicherova"
podría ir incluso más allá, si el COI le suspende por cuatro años.
La denominada "regla Osaka", según la cual los deportistas
suspendidos por más de seis meses no podían participar en los Juegos
Olímpicos siguientes fue tumbada por el Tribunal de Arbitraje
Deportivo (TAS) en 2011 por considerar que suponía un doble castigo
para una misma infracción, de forma que el oro olímpico de
Chicherova queda exclusivamente en manos del COI, el único organismo
competente para sancionar durante los Juegos.
Chicherova fue campeona olímpica en Londres con un salto de 2,05
metros pero, de confirmarse su positivo en Pekín, perdería también
esta segunda medalla, ahora en beneficio de la estadounidense
Brigetta Barrett. La plata se trasladaría a otra rusa, Svetlana
Shkolina, y el bronce a Ruth Beitia, que se había quedado en 2,00.
Si la sanción a la saltadora rusa fuera inferior a los cuatro
años, aún queda una puerta abierta a la medalla olímpica para Ruth,
ya que las muestras de Londres ya han empezado a ser reanalizadas y
no se descartan nuevas sorpresas.
Aquella "medalla de chocolate" londinense fue el detonante, sólo
unas semanas después, de la retirada de Ruth Beitia, que
afortunadamente para ella y para el atletismo español resultó
efímera: sólo duró dos meses. Aburrida de no poder practicar sus
aficiones en un otoño lluvioso, regresó al pabellón de la Albericia
para volver a entrenarse en la factoría Ramón Torralbo y desde
entonces ha conseguido los mayores éxitos de su carrera.
El sueño de la medalla olímpica está ahora más cerca también para
Beitia, que trabaja intensamente para, en Río, en sus cuartos
Juegos, experimentar la dulce sensación de pisar un podio olímpico.
De confirmarse las dos medallas, se inscribirían en la historia
del atletismo olímpico español como las números 13 y 14. Estas son
las anteriores:
1980 Jordi Llopart Plata 50 km marcha
1984 José Manuel Abascal Bronce 1.500
1992 Dani Plaza Oro 20 km marcha
1992 Fermín Cacho Oro 1.500
1992 Antonio Peñalver Plata Decatlón
1992 Javier García Chico Bronce Pértiga
1996 Fermín Cacho Plata 1.500
1996 Valentí Massana Bronce 50 km marcha
2000 María Vasco Bronce 20 km marcha
2004 Paquillo Fernández Plata 20 km marcha
2004 Joan Lino Bronce Longitud
2004 Manuel Martínez Bronce Peso
Por confirmar
2008 Jesús A. García Bragado Bronce 50 km marcha
2012 Ruth Beitia Bronce Altura