El mexicano Horacio Nava, subcampeón de la Copa Mundial de caminata del 2010, aseguró hoy sentirse en un momento de madurez como deportista, poco antes de viajar a Bolivia donde realizará un campamento previo a los Juegos Olímpicos de Río."Tengo salud, estabilidad con mi mujer y mi hija de ocho meses y siento optimismo a poco más de dos meses de los Juegos Olímpicos", señaló a Efe Nava, triple medallista de los Juegos Panamericanos en la prueba de 50 kilómetros.
A partir de mañana, el atleta cumplirá en Bolivia sesiones de resistencia en las orillas del lago Titicaca y en algunos momentos bajará a la ciudad boliviana de Santa Cruz para hacer adaptación al calor y la humedad, condiciones que se esperan en los Juegos Olímpicos.
Antes de irse al campamento, Nava ya pasó 10 días en condiciones de calor y humedad en Mazatlán, balneario del Pacífico mexicano, y mostró buenos indicadores de rendimiento en una prueba de 30 kilómetros el pasado domingo.
"Cada vez me siento mejor, la idea es mejorar el quinto lugar que gané en los Juegos de Pekín 2008, es un reto difícil y por eso es emocionante", afirmó.
Horacio Nava es protagonista de una de las mejores historias de crecimiento del deporte de América Latina al llegar al nivel mundial en la marcha de 50 kilómetros, a pesar de caminar hace más de 10 años con una cirugía de corazón.
En Río será una de las cartas principales de Latinoamérica en su prueba junto a sus compatriotas Omar Zepeda y José Leyver Ojeda, el el ecuatoriano Andrés Chocho, campeón panamericano, y el guatemalteco Erick Barrondo, subcampeón olímpico en 20 kilómetros.
La prueba de 50, pactada para el 19 de agosto tendrá como favoritos al australiano Jared Tallent, a los chinos Zhendon Wang y Yucheng Han, y a los europeos, liderados por el francés Yohann Diniz y el italiano Alex Schwazer, éste último si se libra de una segunda acusación de dopaje.
En los 50 kilómetros de caminata, México suma una medalla olímpica de oro, de Raúl González en Los Ángeles 1984, una de plata, de Carlos Mercenario, en Barcelona 1992, y una de bronce, de Joel Sánchez, en Sydney 2000.