La lituana Diana Lobacevske, decimoséptima hace dos semanas en los Juegos Olímpicos de Río 2016, y el keniano Enmanuel Mnongat ganaron hoy el maratón de la ciudad de México que transcurrió con la participación de unos 35.000 corredores.Lobacevske, cuarta el año pasado del maratón de Hamburgo con 2h 28:57, su mejor registro, violó la máxima que exige descansar seis semanas después de una carrera de 42 kilómetros 195 metros y se escapó temprano para ganar con 2h 40:32, seguida de la etíope Shewarge Amare (2h 43:22) y la peruana Karina Villazana (2h 43:55).
A 2.240 metros sobre el mar, la prueba transcurrió a un ritmo lento; en el inicio Amare, campeona defensora, se puso delante de un grupo de más de 10 corredoras, pero a la altura del Bosque de Chapultepec, Lobacevske atacó y se escapó. Antes del kilómetro 40 tuvo una crisis, pero se recuperó y ganó con más de un kilómetro de ventaja.
"Estoy feliz, aguanté la altitud con apenas dos semanas de descanso luego de competir en Río, me recuperé de la crisis y sentí mucha felicidad al entrar a la meta", dijo Lobacevske, de 36 años.
En la justa masculina, Mnongat se impuso con 2h 19:32 en otra carrera lenta con final extraño en el que llegó al estadio Olímpico junto a su compatriota Isaac Kmaiyo y ninguno de los dos hizo nada por entrar primero; cruzaron la línea con el mismo registro y los jueces dieron como vencedor a Mnongat.
El keniano Rodgers Ondati aseguró el tercer lugar con 2h 19:52 y ventaja de unos 70 metros sobre el peruano Jhon Anores Atachegua, mejor latinoamericano, cuarto con 2h 20:10.
Mnongat y Kimaiyo firmaron un pacto de no agresión cuando se quedaron delante en la avenida Insurgentes que conduce al estadio y después del kilómetro 35 compartieron el agua y en ningún momento ninguno de los dos intentó sacudirse al rival.
En la parte final, con una ligera elevación, mantuvieron un paso cómodo y entraron al túnel del estadio sin dar muestras de cansancio excesivo; Kimaiyo se acomodó por el carril uno de la pista, Mnongat a su izquierda y rompieron la cinta a la vez, sin acelerar.
El maratón de la ciudad de México tiene etiqueta de bronce de la IAAF y contó con la participación de miles de corredores no profesionales que dieron color a la justa en una lucha contra el calor, la sed y las condiciones adversas de la altitud, en pos de superarse a sí mismos.
Una minoría entró de manera tramposa en mitad del recorrido o en los finales, y sin que ninguna autoridad lo impidiera llegó a la meta y recibió la medalla, lo cual sigue siendo el pendiente de una carrera que ha crecido año por año y está entre las más prestigiosas de América Latina.