Nueve de las diecisiete medallas que España se trajo de Río, cuatro de ellas de oro, las ganaron mujeres en clara demostración del crecimiento del deporte femenino, que ya se colgó en Londres 11 de los 17 metales, aunque dorados fueron dos menos.Olga Martín
Mireia Belmonte, Maialen Chourraut, Carolina Marín y Ruth Beitia subieron a lo más alto de podio en Río e hicieron sonar el himno español como cuatro años antes hicieron Tamara Echegoyen, Sofía Toro y Ángela Pumariega, además de Marina Alabau en windsurf.
De los 263 deportistas que el Comité Olímpico Español (COE) inscribió en Londres, 164 fueron hombres y 99 mujeres. En Río, España estuvo representada por 309 atletas, 165 hombres y 144 mujeres.
Este crecimiento en número y la evolución de los resultados femeninos, que han permitido por primera vez la participación de España en un Mundial de fútbol y la clasificación para el torneo olímpico de rugby, no tiene su reflejo en los despachos del deporte español.
La presencia de mujeres en cargos directivos no deja de ser algo testimonial en España. Solo las federaciones de vela, petanca y salvamento y socorrismo tienen una mujer al frente.
En petanca Ana Sastre sustituyó hace unos días a Hortensia Hermida, que llevaba en el cargo desde 1992, y en vela Julia Casanueva llegó a la presidencia en 2015 tras una moción de censura, después de haber ejercido como vicepresidenta primera de un organismo que celebrará elecciones el 25 de marzo.
La vicepresidencia primera del COE que ocupa la excampeona olímpica Isabel Fernández y la secretaría general de la federación de fútbol en la que Esther Gascón reemplazó a Jorge Pérez en octubre son dos de los escasos ejemplos de responsabilidad femenina en organismos deportivos.
De lo que sí puede presumir España es de ser uno de los países que ha situado a una mujer al frente de una federación internacional. La madrileña Marisol Casado fue reelegida por aclamación para un tercer mandato en la internacional de Triatlón el último 11 de diciembre.
Casado es además uno de los tres miembros que España tiene en el COI. Desde el 29 de noviembre de 2008 preside la ITU, a cuya presidencia llegó después de años al frente de la Federación Europea (ETU) y de ejercer como secretaria general de la española.
Marisol Casado es la única mujer que preside una federación internacional de deportes de verano y una de las (solo) dos en todo el programa olímpico, en el que la escocesa Kate Caithness es la máxima mandataria de la de curling.
"La igualdad en la dirección deportiva está en retroceso. En los Juegos Olímpicos ya estamos prácticamente en el mismo número de participantes hombres y mujeres, y eso es lo más importante. Pero en la dirección no hemos trabajado en la línea correcta y por eso no estamos recogiendo los frutos correctos".
Son palabras de la propia Casado en una visita reciente a EFE, en la que admitió que se ha "perdido mucho tiempo" en este aspecto. "Llevamos años dando vueltas al tema de las cuotas y hasta ahora no había escuchado que es por ahí por donde tenemos que ir", sostuvo.
Sus palabras refuerzan la percepción de que el aumento en la cifra de practicantes parece una asignatura ya aprobada por España, al contrario que la presencia femenina en cargos directivos.
Mejorar ambos aspectos ha sido objetivo del Gobierno desde hace años y en la última legislatura la concesión de ayudas a las federaciones para el Programa Mujer y Deporte exigió a éstas incluir tres mujeres en su junta directiva o tener un 33 por ciento de representación femenina en la misma.
Mujer y Deporte, oficina del CSD que dirige Susana Pérez Amor, está al frente de esta convocatoria y de impulsar el deporte femenino con la desgravación fiscal de hasta un 90 por ciento a las empresas que inviertan en este sector. La iniciativa ya ha dados frutos como la nueva denominación de la liga de fútbol femenina.
El fútbol, con su federación internacional a la cabeza, quiere ser el ejemplo a seguir y dentro de su obligado proceso de renovación hace meses nombró a una mujer como número "dos", un puesto reservado hasta ahora solo para hombres.
La designación de la diplomática senegalesa Fatma Samoura como secretaria general ha sido uno de los grandes golpes de efecto del nuevo presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino, que ha exigido cupos de presencia femenina a sus confederaciones.
Ahora las seis que integran la FIFA deben nombrar a una mujer para que las represente en su Consejo y máximo órgano de dirección. Aunque el peso de la mujer en la toma de decisiones debería crecer de forma natural, si la forma de hacerlo es a través de cupos habrá que darla por buena y tal ver fijar metas para que se consolide.