La alpinista Edurne Pasaban, que en mayo de 2010 se convirtió en la primera mujer en la historia en ascender los 14 'ochomiles' del planeta, disfruta ahora "del sueño de ser madre", pero sin descartar su regreso a las grandes expediciones de montaña."Era obvio que era madre ahora o no lo era y siempre he tenido claro que quería serlo. No sé lo que pasará en el futuro, pero ahora estoy feliz viviendo este momento", señala la guipuzcoana en una entrevista concedida a Efe en la que confiesa que, a sus 44 años, disfruta de la maternidad "con la sensación de no haber dejado nada" por hacer en la montaña.
"No tengo nada a la vista en cuanto a grandes proyectos o expediciones, pero totalmente descartado no lo tengo. Quiero que pase el tiempo y si me lo pide la cabeza iré. Quizás el año que viene haga algo, pero mucho más corto, a otro ritmo", desvela la tolosarra.
Pasaban tuvo a su hijo, Max, a finales del pasado mes de abril después de "dos años y medio duros" para lograrlo. Ahora vive en el Pirineo catalán junto a su familia combinando su faceta de empresaria en una agencia de viajes con la de conferenciante en charlas como la que ofreció en el Bilbao Mendi Film Festival.
"Para mí es un honor compartir mesa con Lynn (Hill) O Catherine (Destivelle) -dos de las mejores escaladoras de la década de los 80- que han sido un referente para mí. Además, al hablar con ellas, que tienen hijos mayores y aman lo que hacían como yo, se les ve con una gran paz interior que me ayuda y me da tranquilidad", destaca.
Junto a Hill, Destivelle y la escaladora, también guipuzcoana, Josune Bereziartu, Pasaban abrió el ciclo de conferencias de la muestra de cine de montaña de la capital vizcaína, en una charla que trató de "visibilizar" el creciente papel de la mujer en el mundo de la montaña.
A pesar de haber esta alejada de esas expediciones de gran envergadura desde 2011, Pasaban ha seguido estrechamente vinculada a la montaña en estos seis años, entre otras actividades, con viajes al Nepal y al Himalaya para "subir algún 6.000, con amigos, cosas más para mí". Entre estas "cosas", Pasaban tiene una fundación que sostiene el Kailash Hostel, que se encarga de la educación de un centenar de niños y niñas nepalíes.
Hace pocos meses, con su pareja y su bebé, la montañera se desplazó a Islandia "de turismo y también a hacer algo de escalada". "Desde las tres semanas (el niño) ha ido con nosotros a todos los sitios. En siete meses ha viajado mucho", comenta, orgullosa, Pasaban.