Una ceremonia "lo más solemne posible" será este martes el marco en el que la haltera española Lydia Valentín recibirá la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, en la categoría de los 75 kilos, tras la descalificación por dopaje de tres de las levantadoras que hace diez años la precedieron en la clasificación.
El deseo del Comité Olímpico Español (COE), en cuya sede madrileña tendrá lugar el acto, es recrear de una manera fiel el momento que hubiera vivido Valentín en Pekín de haber subido entonces al podio, y por ello ha preparado un homenaje breve pero con todos los honores.
El ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo; el presidente del COE, Alejandro Blanco; el secretario de Estado para el Deporte, José Ramón Lete; los miembros españoles del COI Marisol Casado y José Perurena; el presidente de la Federación Española de Halterofilia, Constantino Iglesias; y el peruano José Carlos Quiñones, vicepresidente de la Internacional, son algunas de las autoridades que acompañaran a la deportista leonesa cuando reciba su medalla de plata.
Lydia Valentín finalizó en quinto lugar en los Juegos de Pekín, pero la campeona, la china Cao Lei, la entonces medallista de bronce, la rusa Nadezhda Evstyukhina, y la cuarta, bielorrusa Iryna Kulesha, fueron descalificadas por dopaje.
Tras un largo proceso de revisión por parte del COI, la federación internacional y el Tribunal de Arbitraje Deportivo, la plata pasará mañana definitivamente a manos de Lydia Valentín, que ya tiene un bronce olímpico que ganó en Río 2016 y que también está pendiente de recibir la medalla de oro de Londres 2012, cuando concluyan las alegaciones de las partes.
El pasado mes de diciembre la española se proclamó campeona del mundo de los 75 kilos en las modalidades de arrancada, dos tiempos y total.