La rusa Mariya Lasitskene cumplió con los pronósticos y se proclamó campeona del Mundo en pista cubierta de salto de altura tras imponerse con una marca de 1,96 metros en la final de los Mundiales que arrancaron este jueves en la ciudad inglesa de Birmingham.Lasitskene no necesitó ni acercarse a sus mejores prestaciones del año, los 2,04 metros que saltó el pasado 27 de enero el Volgogrado (Rusia) para encadenar su trigésimo octava victoria consecutiva, una marca que no había logrado ninguna saltadora en los últimos cincuenta años.
Y es que desde la retirada de la española Ruth Beitia, la campeona olímpica en Río, que puso fin a su carrera deportiva tras los Mundiales al aire disputados el pasado año en Londres, Lasitskene, que compite como neutral por la sanción que pesa sobre el atletismo ruso, parece haberse quedado sin rivales.
De hecho, cuando el listón se situó en el 1,96 tan sólo tres atletas más seguían en competición junto con la rusa Lasitskene, la vigente campeona del mundo al aire libre y que ya se subió en pista cubierta a lo más alto del podio mundial en el año 2014 en la ciudad polaca de Sopot.
Pero mientras Mariya Lasitskene, la única atleta que ha logrado superar este año la barrera de los dos metros, superó con holgura el listón a la primera, sus rivales, entre las que destacaba la joven estadounidense Vashti Cunningham, la campeona hace dos años en Portland, eran incapaces de franquear la altura.
Una circunstancia que obligó a decidir el orden en el que acompañarían en el podio a la rusa al mayor o menos número de saltos nulos en las anteriores alturas.
Recuento de que salió beneficiada Cunningham, que había superado a la primera los 1,89 y a la segunda los 1,93, en detrimento de la italiana Alessia Trost, que debió conformarse con el bronce, que había hecho un nulo más que la norteamericana.
Con el oro ya asegurado, Lasitskene no se atrevió a atacar el récord mundial que posee la sueca Kajsa Bergqvist con una marca de 2,08 desde 2006, pero sí intentó superar la plusmarca rusa fijada en 2,07, aunque sin éxito.