José Antonio Diego
Madrid, 23 jul .- El récord de 200 de Bruno Hortelano, que adornaba su espléndido regreso, fue sólo el remate de la exhibición ofrecida por el nuevo atletismo español este fin de semana en Getafe, donde maduraron los brotes verdes y se confirmó la debilidad del 1.500.
El presidente de la Federación Española, el extriplista Raúl Chapado, bromeaba al término de los campeonatos nacionales, contento en el fondo: "Vamos a tener que pedir un préstamo para llevar a tanta gente a Berlín".
Hablaba de los inminentes campeonatos de Europa, del 6 al 12 de agosto. Con la campeona olímpica Ruth Beitia como jefa de expedición, España pondrá en la capital alemana al contingente más numeroso de la historia en unos continentales.
El equipo español alcanzó su máximo volumen en los Europeos de Barcelona 2010, con 83 atletas (52 hombres y 31 mujeres). Este mismo martes, ante la reproducción de la Puerta de Brandemburgo del Parque Europa de Torrejón de Ardoz, el seleccionador, Ramón Cid, convocará a un centenar de atletas para Berlín.
Los Nacionales de Getafe han constatado los progresos del nuevo atletismo español, en el que vuelan los triplistas, aceleran los velocistas en 100, 200, 400 metros, impresionan los ochocentistas... y luego viene el secarral del 1.500.
El joven Aitor Same Ekobo, nuevo campeón de España de 100 metros, nacido al lado de Getafe, en Fuenlabrada, hace 21 años de padre camerunés y madre guineana, ejemplifica el cambio experimentado por el atletismo español.
La carrera en la que Bruno Hortelano rebajó su récord nacional de 200 hasta los 20.04 segundos, el domingo por la mañana en semifinales, constituyó el momento más emotivo de los campeonatos. Dos años después de su accidente, demostró a los más irreductibles escépticos que "Sí, se puede" -son sus palabras- cuando se tiene la firme voluntad de conseguirlo.
Regresar al 110 por cien después de dos años de sacrificio callado para recomponer los destrozos sufridos en un grave accidente sólo está al alcance de los elegidos, y Bruno, con su nuevo récord nacional de 200 (20.04), ha ratificado que pertenece a esa estirpe.
Óscar Husillos revalidó con solvencia su corona en el 400 con 45.22, frente a Lucas Búa (45.45) y Samuel García (45.48), pero se va de Getafe con la sensación de haber regresado al segundo puesto de la velocidad española, otra vez a la sombra del brillante Bruno Hortelano.
En el 800, Álvaro de Arriba aprovechó la extenuación de Saúl Ordóñez, que había hecho tres carreras en tres días -en una de ellas, la del viernes en Mónaco, con récord de España (1:43.65)- para hacerse con el título. Son los dos primeros del ránking europeo del año y en Berlín cargarán con el peso de ser los favoritos.
También hubo marcas excepcionales en algunos saltos. Pablo Torrijos voló hasta unos espectaculares 17,23 metros (19 centímetros más que su récord nacional), pero en alas de un viento favorable de +2,2 que impidió su homologación. Aún así saltó 16,98 en condiciones legales, su mejor marca al aire libre.
Ana Peleteiro, medallista de bronce en este año en los Mundiales en sala de Birmingham, logró salir de un cierto estancamiento -así lo definió ella misma- con una marca legal de 14,55, la mejor de su vida, que eleva su moral con miras a Berlín, donde estará acompañada por Patricia Sarrapio, segunda con 13,91, y María Vicente, campeona de Europa sub-18 de heptatlon y triple, aquí tercera con 13,67.
Frente al panorama exhuberante del triple, la velocidad y el mediofondo corto, el desierto del 1.500. El país de Fermín Cacho, José Luis González, José Manuel Abascal, Reyes Estévez o Isaac Viciosa, se ve en la penosa situación de acudir a Berlín con un solo representante en una disciplina otrora gloriosa para España.
Se trata del joven gallego Adrian Ben, tercero en la final de los campeonatos, tras Jesús Gómez y Adel Mechaal. Por militar en la categoría sub-23 puede acudir a Berlín con la mínima de la Asociación Europea (3:40.00), en lugar de la española (3:38.00), que nadie ha sido capaz de lograr, "y eso que no era tan cara", puntualizaba Juan Carlos Higuero, comentarista de Teledeporte.
Dentro de tres semanas se cumplirán 50 años desde que Jorge González Amo, en la actualidad responsable de mediofondo en el Comité Técnico de la Federación Española, corrió en Estocolmo los 1.500 en 3:40.0, una marca que sólo cinco españoles han sido capaces de hacer este año, ninguno por debajo de 3:38.
El 1.500 se ha convertido en el talón de aquiles del atletismo español actual, que se lució en el polideportivo Juan de la Cierva.
"El gen del deporte es hacerlo cada vez mejor. Emocionado por la cantidad de buenas marcas y la conexión de los atletas con el público. Hacía mucho que no veíamos un atletismo tan arropado. Ha habido momentos mágicos los dos días", se felicita Raúl Chapado.
El presidente recuerda que "más de 110 españoles han hecho la mínima europea, aunque no todos podrán ir porque en algunas pruebas hay overbooking"". El límite es de tres atletas por prueba.
"El atletismo europeo tiene mucho nivel, pero somos una de las seis primeras potencias. Lo importante no es tanto las medallas como las opciones de medalla, y vamos a tener muchas. Veo un gran compromiso y esperamos tener en Berlín tantas alegrías como aquí", apuntó Chapado.