El antiguo ultrafondista Manuel Murillo, en prisión preventiva por anunciar en Whatsapp su intención de atentar contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, era "una especie de Woody Allen, gracioso y muy despistado", según el organizador de los 100 Kilómetros de Madrid, Rafael García Navas, que lo llevó a la selección española.
"No era una persona violenta, al menos en el mundo del atletismo. Yo lo llevé a la selección española de 100 km y la imagen que tenemos de él es la de un tío gracioso y muy despistado, una especie de Woody Allen", declaró a EFE García Navas.
Murillo, de 63 años, se encuentra en prisión preventiva tras ser detenido este jueves por los Mossos d'Esquadra por anunciar en un grupo de Whatsapp su intención de atentar contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en venganza por la exhumación de Franco del Valle de los Caídos.
"Recuerdo que una vez en Florencia, estando con la selección española para el campeonato de Europa, se dejó el móvil en una tienda de souvenirs, y a veces, cuando se entrenaba en el extranjero después de haber viajado con su camión de transporte, se perdía. Corría sus 20 o 30 kilómetros y luego no sabía dónde había dejado el camión, según nos contaba con mucha gracia", recuerda el organizador madrileño.
Aquel año, 1997, en Florencia, Murillo alcanzó su mayor éxito internacional, ya que el equipo español, del que formaba parte, se proclamó subcampeón de Europa, sólo por detrás de Rusia.
En 1995, una de las cuatro veces que se proclamó campeón de España de 100 kilómetros, en este caso en Madrid, Murillo declaró a EFE que era ingeniero industrial, aunque transportista de profesión.
"Tenía un camión pequeño y hacía transportes internacionales. Parece que ganaba bastante dinero. Cuando estaba con nosotros nunca habló de política, ni dejaba traslucir que fuera una persona violenta. Tenía mucha fuerza de voluntad para entrenar y era muy disciplinado en competición. Hacía exactamente lo que le pedíamos", asegura García Navas, que fue seleccionador español de ultrafondo.
También recuerda que Murillo "estaba en un proceso de separación de su mujer" y que en las concentraciones con el equipo "comía mucho, dos o tres platos de pasta, pero nunca se mostró violento. Esto de ahora nos ha sorprendido a todos los que le conocíamos".
"Nunca vimos que tuviera ningún arma, ni siquiera habló nunca de que tuviera afición al tiro ni manifestó jamás opiniones propias de un extremista político. Esto ha debido de ser algo que ha adquirido después de dejar el atletismo", señaló a EFE García Navas.
En el registro de Murillo en Terrassa, los Mossos d'Esquadra le hallaron un arsenal con 14 armas largas y cortas, algunas de guerra, que le habrían permitido disparar a un blanco hasta a 1.500 metros de distancia.
El exatleta está siendo investigado por los delitos de conspiración para cometer atentado contra el jefe del Gobierno, tenencia ilícita y depósito de armas y explosivos e incitación al odio.