Ignacio Ortega
Moscú, 16 feb .- El ruso Serguéi Shubenkov, campeón mundial y europeo de 110 metros vallas, aseguró a Efe que buscará el oro en los Mundiales de Doha, ya piensa en los Juegos Olímpicos de Tokio (2020) y ve al español Orlando Ortega como uno de sus principales contrincantes.
"No puedo no pensar en los Juegos Olímpicos. Es lógico. No es una prioridad ahora, el objetivo es el Mundial y debo concentrarme en el trabajo diario, pero claro que pienso en ello", comentó en una entrevista en la pista de atletismo del CSKA Moscú.
Shubenkov aseguró haber superado ya el mal trago que supuso perderse los Juegos de Río -había ganado el Mundial el año anterior- debido a la exclusión de todo el equipo ruso por las acusaciones de dopaje de Estado.
"Mi madre sufre mucho por mí. Más que yo mismo", destacó sobre Natalia Shubenkova, plata en los Europeos de Stuttgart (1986) en heptatlón y que se perdió también los Juegos de Los Ángeles por el boicot comunista.
El velocista reconoce que es muy ambicioso y sus objetivos esta temporada son el oro en Doha y superar el récord europeo en poder del legendario corredor británico Colin Jackson (12,91 segundos) desde 1993.
"Quiero aprovechar la todas las oportunidades que se me presenten para correr rápido y para ganarlo todo. El objetivo es el oro. Por supuesto, ganar todo en lo que compita", señaló.
Hasta la temporada pasada sólo había bajado de 13 segundos una vez -cuando se proclamó campeón mundial en Pekín en 2015-, pero en 2018 lo hizo en varias ocasiones, incluido los 12,92 de julio de 2018.
"Cuando empecé en Siberia, nunca soñé que correría tan rápido y sería campeón mundial. Ni se me pasaba por la cabeza. Sólo el año pasado entendí que el récord de Colin Jackson es una barrera que puedo superar. Me faltan sólo dos décimas. Ahora también quiero el récord europeo. Hay que dar un paso más. No será fácil, pero entreno para lograrlo", apuntó.
Desde que se convirtió hace cinco años en uno de los mejores velocistas del mundo, Shubenkov ignora la temporada invernal para centrar todos sus esfuerzos en los mítines y el Mundial, por lo que no competirá en los Europeos de Glasgow.
"Lo decidimos después de una temporada que fue un completo fracaso. Pensamos que sería mejor descansar más. Y 2015 fue muy bueno. Fui campeón mundial, mi mayor éxito hasta ahora. Así que desde entonces seguimos la misma preparación. Y todo ha ido bien. El organismo tiene sus límites. Ya no soy un chaval", dijo.
Por ese motivo, este año también correrá "mucho menos" que en 2018, cuando participó en 14 carreras, ritmo de competición que le dejó muy cansado, a lo que se suma que los Mundiales se disputarán más tarde que nunca, a finales de agosto y principios de septiembre.
"Empezaré a competir en mayo. Seguramente en Shanghái, en la Diamond League. La temporada será más larga, pero interesante. Ya estoy entrenando al máximo -entre 7 y 8 entrenamientos a la semana-, pero por ahora sólo trabajamos la resistencia, nada de fuerza y velocidad, aunque eso empezará pronto. Las barreras ni las toco", explicó.
Dijo estar al tanto de la gran marca que realizó recientemente Ortega, subcampeón olímpico y que sí competirá en Glasgow, en los 60 metros vallas (7,49).
"Es un rival de talla. Sin duda, será uno de los corredores a batir (en Doha). Recuerdo la última vez que me ganó. Me dio rabia. Los dos somos rápidos. Me gusta que haya rivales tan buenos", señala.
El ruso reconoce que el español de origen cubano es indescifrable en lo que se refiere a intuir su estado de forma durante la competición.
"Cuando compites muchas veces contra los mismos atletas, puedes intuir más o menos cómo están preparados. Ortega es difícil de apreciar. A veces corre muy deprisa y otras veces más lento. Con todo, cuando corre muy bien, puede ser más rápido que yo. Ya ha ocurrido algunas veces. Me ha ganado, pero yo también le he batido", señaló.
En cuanto al hecho de que la IAAF no haya levantado aún la sanción a la federación rusa por el dopaje, espera que "se solucione pronto", aunque admite que "ahora es más fácil".
"La crisis ya pasó, bajo mi punto de vista. La atmósfera es otra. Todo es más positivo. Y la AMA nos mira mejor. Parece que hemos pasado página definitivamente. Problemas de dopaje hay en todas partes", aseguró, y añadió que es "evidente" que las tensiones políticas entre Rusia y Occidente tuvieron mucho que ver en el ostracismo del atletismo ruso.
Shubenkov manifestó que ha escuchado dos pronósticos: el optimista es que todo se arreglará antes de Doha y el pesimista es que la IAAF perdonará a Rusia sólo después del Mundial.
"Soy optimista, así que espero que en Doha pueda vestir ya el uniforme ruso", apuntó sonriente.