A sus 29 años de vida el brasileño Ederson Vilela Pereira patentó en Lima dos marcas: implantar la vuelta olímpica después de correr durante casi media hora y, por lo mismo, convertirse en medallista de oro, no solo de los 10.000 metros, también de los 10.400 gracias a aquel giro extra.
Así, con humor y mucha emoción evaluó su campeonato panamericano en la distancia de los 10.000 metros el fondista nacido hace 29 años en Caçapava, municipio del interior del estado de Sao Paulo en el que hoy están de fiesta sus 92.000 habitantes.
"Parece que el cansancio se fue cuando crucé la meta. En ese momento recibí la bandera de Brasil y me dije: ahhh, no. Voy a aprovechar este momento al máximo. Y entones me puse a dar la vuelta olímpica, no sé si alguien más ya lo hizo después de una carrera tan larga, lo dudo, apenas vi que varias personas fueron a agarrarme", dijo entre risas.
"Tuvieron que aguantarme otra vuelta, la que de los 10.400 metros, algo más debía recibir", declaró Vilela con picardía en alusión a la reacción de los organizadores y jueces de la prueba, que terminó con un tiempo de 28 minutos, 27 segundos y 44 centésimas por delante de los estadounidenses Reid Buchanan y Lawi Lalang.
Vilela hizo hoy el mejor registro de su carrera en la distancia y manifestó que desde mañana no sabe qué pasará con su vida.
"Aún no puedo digerir esto. Sé que desde mañana muchas cosas cambiarán en mi vida, incluso en las próximas carreras seré más marcado por los rivales porque dirán: ese es el campeón panamericano", declaró.
La alegría del brasileño supone a la vez un triunfo sobre la mala suerte pues permaneció en el dique seco durante unos ocho meses debido a sucesivas lesiones, desde una fractura por estrés a una lesión en el tendón de Aquiles.
Aún sin tener claro su futuro, admitió que el éxito en los Juegos Panamericanos de Lima le han llevado a pensar en la posibilidad de cambiarse a la práctica del maratón.