Alan Maloney, árbitro de lucha grecorromana acusado de racismo por un polémico episodio, ya conoce su castigo. El colegiado estará ausente dos años de la competición después de obligar a un luchador a cortarse las rastas durante un torneo.
El incidente se produjo a finales de 2018, cuando Alan Maloney señaló a Andrew Johnson, luchador de instituto, y no por una falta dentro del combate. Al parecer, al árbitro no le parecía bien que el joven llevase rastas y le obligó a que se las quitase para poder continuar con la lucha.
Andrew Johnson tuvo que aceptar y finalmente se terminaría llevando la victoria, aunque tuvo un sabor agridulce. El vídeo del corte de pelo se hizo viral y el trencilla fue acusado de racismo, saliendo a la luz otros incidentes antiguos que hacían pensar que este no fue un hecho aislado.
Ahora, el fiscal general de Nueva Jersey, Gurbir Grewal, ha dado a conocer el veredicto, que llega después de varios meses de litigio judicial entre la Asociación de Derechos Civiles y la Asociación Interescolar Atlética: "La discriminación racial en la aplicación de las reglas de cualquier deporte es incompatible con el espíritu del juego limpio".
En 2016, Alan Maloney ya fue castigado por dedicar insultos racistas a un árbitro negro. En ese caso, se libró de la suspensión de un año que le habían impuesto por participar en un curso de sensibilización y una terapia para dejar el alcohol.