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Bandera negra: 28 grados en el WBGT

José Antonio Diego ,Madrid, 24 sep (EFE).- Cuando el Termómetro de Globo de Bulbo Húmedo (Wet Bulb Globe Termomether, WBGT) marque 28ºC en Doha durante los Mundiales de atletismo, del 26 de septiembre al 6 de octubre, una bandera negra aconsejará posponer o cancelar la prueba, de acuerdo con el código de la Federación Internacional (IAAF), pero será una recomendación de los médicos que el director de competición, en posesión de la última palabra, habrá de gestionar.,La temperatura medida con el

José Antonio Diego

Madrid, 24 sep .- Cuando el Termómetro de Globo de Bulbo Húmedo (Wet Bulb Globe Termomether, WBGT) marque 28ºC en Doha durante los Mundiales de atletismo, del 26 de septiembre al 6 de octubre, una bandera negra aconsejará posponer o cancelar la prueba, de acuerdo con el código de la Federación Internacional (IAAF), pero será una recomendación de los médicos que el director de competición, en posesión de la última palabra, habrá de gestionar.

La temperatura medida con el WBGT no es la que registran los termómetros callejeros, sino una relación entre la humedad, la temperatura ambiente y la velocidad del aire, en ausencia de radiación solar.

Rumores alarmistas no dejan de propalarse a medida que se acerca el comienzo de los campeonatos. Se habla de una posible suspensión del maratón femenino, previsto para el viernes a las 23.59 local (20.59 GMT), y de los 50 km marcha (sábado a las 23.30 hora local, 20.30 GMT), pero el desmentido es tajante: "La IAAF no ha considerado posponer o cancelar ningún evento en ruta en el Campeonato del Mundo de Atletismo de Doha 2019. Hay planes de contingencia para todos los escenarios posibles, pero ninguno se ha activado".

Las previsiones meteorológicas prevén para la hora del comienzo del maratón femenino una temperatura ambiente de 30 grados y un 64 por ciento de humedad, con vientos que soplarán a una velocidad de entre 7 y 15 km/hora. Para los 50 km marcha, el sábado, el calor sube un grado y se mantiene la humedad. El peligro de cancelación es real.

La combinación de calor y humedad en que habrán de competir los atletas en la capital catarí, ha encendido todas las alarmas y los equipos, preocupados por la salud de sus miembros, han tenido que ingeniárselas para combatir la amenaza.

En sus 16 ediciones anteriores, los campeonatos del mundo de atletismo nunca habían terminado después del 6 de septiembre. La decimoséptima convocatoria, sin embargo, entrará de lleno en el mes de octubre, para minimizar los riesgos.

Muchos recuerdan con horror el calor húmedo asfixiante de Osaka en los Mundiales de 2007, y sin embargo en la ciudad japonesa no se alcanzó ese nivel fatídico de 28ºC medidos con el WBGT.

Tampoco sucedió, aunque se rozó el límite, el año pasado durante los Europeos de Berlín. La víspera de los 20 km marcha, prueba en la que España hizo doblete de oro con María Pérez y Álvaro Martín, se hubiera mostrado la bandera negra, pero al día siguiente, por fortuna para los contendientes y alivio de los organizadores, la temperatura bajó.

Los responsables cataríes han tenido que trabajar a fondo para remodelar el estadio Khalifa, totalmente cubierto, y dotarlo, mediante grandes toberas, de un sistema de aire acondicionado que permitirá mantener la temperatura en torno a los 25 grados, aun cuando fuera del recinto el termómetro marque 40.

Pero la refrigeración del estadio no reportará ningún consuelo a quienes han de competir fuera del recinto: maratonistas y marchadores, que, pese al horario nocturno de esas pruebas, habrán de competir con temperaturas por encima de los 30 grados y una humedad superior al 50 por ciento.

Los 28º C medidos con el WBGT dan una medida exacta y fiable del índice de peligro para el atleta, declaró a EFE el doctor Christophe Ramírez, jefe de los servicios médicos de la Federación Española de Atletismo.

A su juicio, el calor y la humedad de Doha, incluso en fechas tan tardías del año, pueden ser peligrosos para la salud de los deportistas, sobre todo para los que compitan durante más de 30 minutos, es decir, en 10.000 metros, maratón y marcha.

Curiosamente, el calor no perjudica, sino al contrario, a los especialistas en pruebas explosivas, esfuerzos de hasta 30 segundos, es decir, carreras de 100 y 200 y concursos de saltos y lanzamientos. En carreras comprendidas entre los 400 y los 5.000 metros no se han demostrado beneficios ni peligros por el calor y la humedad.

Para minimizar riesgos los atletas han participado en planes de aclimatación, realizando entrenamientos intensos en condiciones de calor y alta humedad. Algunos lo han hecho en la propia Doha, otros en Japón, que el año próximo acogerá los Juegos Olímpicos en parecidas -o incluso peores- condiciones climáticas; otros en zonas especialmente cálidas y húmedas de sus propios países. Algunos españoles, por último, han trabajado con la cámara simuladora de condiciones extremas en la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid).

"El peligro -señala Ramírez- se puede reducir mediante una aclimatación, tanto a la humedad como al calor, realizando entrenamientos intensos en esas condiciones".

Hay dos formas de conseguir una correcta aclimatación, explica el médico: "La primera, estando al menos dos semanas seguidas en Doha antes de competir, pero hemos descartado esta estrategia porque impide realizar entrenamientos de calidad que nuestros atletas deben hacer en esas dos últimas semanas para afinar su puesta a punto".

"La segunda -apunta-, realizando varias estancias en zonas con condiciones climáticas similares a Doha de unos 10-15 días en los tres meses previos a la competición. Esta estrategia nos ha permitido combinar la aclimatación con las estancias en altitud, que son fundamentales para los fondistas".

Durante la competición, los termómetros-píldora intracorporales vigilarán para que la temperatura de los atletas no rebase los límites de seguridad. "Tendrán que ingerir mucho líquido (cuanto más fresco, mejor), pero tienen que haber entrenado esa ingesta durante los meses anteriores. No pueden llegar al día de la competición y beber el doble que de costumbre. Además tendrán que llevar prendas que eliminen el calor todo lo posible", explica el doctor Ramírez.

Para curarse en salud y evitar reclamaciones, la IAAF establece (art. 51.2) que el atleta exime a esta organización de cualquier responsabilidad sobre su salud; que los organizadores (53.1) son responsables de proporcionar servicios médicos adecuados a las condiciones ambientales de la prueba, y que el delegado médico (art.113) tiene la potestad de ordenar que un atleta se retire inmediatamente si observa peligros para su salud.

La IAAF aprovechará los Mundiales de Doha para elaborar un estudio sobre los efectos del calor extremo en los atletas durante la competición, y a tal efecto recabó voluntarios dispuestos a ser monitorizados mediante termómetros intracorporales en forma de píldoras electrónicas que pesan 1,7 gramos.

Doha será territorio ignoto para atletas de largo aliento pero la experiencia podrá ser aprovechada, un año después, en los Juegos Olímpicos de Tokio.

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