Ana Peleteiro regresó a la actividad deportiva en junio de 2023, cerca de medio año después de ser madre. Desde su vuelta a las pistas, la cosa no ha podido ir mejor. Campeona de España en febrero y, apenas unas semanas después, bronce en los Mundiales de Glasgow. La gallega ya tiene puesta la mente en los Juegos Olímpicos de París 2024. Pero no todo el camino ha sido idílico.
Así lo ha reconocido en el podcast 'Tómatelo con Vino’, de María Fernández-Rubíes y Rocío Irisarri. La de Ribeira habló en el programa sin tapujos, tocando todos los temas que se planteaban: desde su pasión oculta lejos de la música hasta su devoción por los colores nacionales.
Peleteiro contó lo complicado que fue el retorno al máximo nivel deportivo. Por un lado, físicamente, porque, al fin y al cabo, una cesárea es como una operación de una lesión. “Si que es cierto que, a lo mejor, va un poco más rápido, porque no es un ligamento o un hueso, pero yo estuve con muchos dolores durante muchos meses y con una barriga sin ningún tipo de actividad”, comentaba en el espacio mencionado. “Mi barriga era como un croissant que no se movía. Encima, negrísima”, apuntaba.
Todos los meses que Ana estuvo parada causaron, como es evidente, un deterioro en su forma física. Por supuesto, el embarazo trae consigo muchos efectos para la madre que la atleta consiguió solventar tras dar a luz a Lúa. Pero, a nivel mental, le costó especialmente.
“Lo pasé verdaderamente mal. Me costó mucho volver a verme en el espejo”, confesaba la deportista. “Dios mío. Si yo quiero volver a competir, tengo que hacerlo en top y braga, con esta barriga”, pensaba entonces. “Parece mentira, pero la estética en mi trabajo, por desgracia, es muy importante”, explicaba Ana en el podcast.
“Y aún a día de hoy, aunque sé que en estático tengo un abdomen perfecto, casi mejor que antes, tengo una piel que está dada de sí y cuando corro se me mueve”, apuntaba.
Ana explicaba entonces su preocupación con la equipación de la selección en los campeonatos. “Con Adidas sí que tengo un body, pero con la española no hay. Entonces, cuando yo llego al campeonato del mundo, le dije a Fati (Fátima Diamé, la compañera de habitación de Ana en las competiciones internacionales): ‘Que me den una talla L de top para que se me tape, porque no quiero que se me vean las mollas’”, pronunciaba.