Ana Peleteiro compareció ante todos los medios para dar la noticia de que su marido, Benjamín Compaoré, será su nuevo entrenador. Después de su separación con el ex técnico, Iván Pedroso, la atleta gallega ha dado un giro a su vida y se marchará a Ribeiro para estar más cerca de su familia.
Los resultados en los Juegos Olímpicos de París 2024, así mismo como la reciente maternidad, le han hecho tomar esta decisión. Una decisión en la que su marido ha estado presente en todo momento y que será el encargado de entrenar a su esposa de cara a próximas competiciones.
Ana Peleteiro y Benjamin Compaoré comenzarán una nueva vida en Ribeiro. Ambos, además de pareja, serán entrenador y atleta, por lo que deberán buscar la manera de compaginar ambas vidas sin que sean un problema. Y ante la pregunta de 'ElDesmarque', la gallega ha dejado clara la manera de hacerlo.
"Aunque Benjamín no ha sido mi entrenador este tiempo, el hecho de estar juntos en Guadalajara, en un lugar que lo bueno que tiene es que está aislado de la capital y es tranquilo, hacía que aunque no fuera mi entrenador, estábamos todo el día juntos. Ya me sé hasta cuantos lunares tiene", comenzó diciendo.
Una relación en la que, indirectamente, Benjamín hace de entrenador. "Pasamos muchas horas juntos. Lo bueno que tenemos en Ribeira es que él ha encontrado un grupo de amigos, mis primos, que tienen su edad y estamos en el mismo momento, van a jugar al fútbol y hay una vida normal. Yo tengo a mis amigas además de la familia. Nos permite tener momentos a solas que en una relación son necesario. Ha formado parte de mi trabajo durante estos últimos tres años porque es entrenador, hemos hecho cosas juntos y lo que más me gusta de él es que tiene el carácter para decirme como hacer las cosas", aseguraba Ana Peleteiro.
"En México hemos empezado a entrenar, lo puse en las redes pero sin la planificación. Ha sido positivo, me ha gustado la experiencia. Vamos a saber compaginar y si me equivoco daré marcha atrás. Lo más importante es que estemos la familia feliz y encontremos la estabilidad. Tenemos suficiente madurez emocionar para hablar los problemas y dividir las cosas de pareja con el trabajo", zanjó.