Ludovic Fábregas, el nuevo jugador del FC Barcelona, es la gran 'estrella' de la joven generación del balonmano francés que vive con orgullo su descendencia catalana.
"Soy francés, pero orgulloso de mis orígenes catalanes", ha indicado en numerosas ocasiones. Fàbregas desciende por vía materna y paterna de catalanes; incluso el protector bucal que usa en los encuentros luce las cuatro barras de la bandera catalana.
Su abuela materna, Victoria tiene 82 años y nació en Figueres (Girona) y su esposo, Joan, nació en Portbou y fue jugador de la U.E. Figueres.
En 1957, por diversos motivos y en plena dictadura franquista, se trasladaron a Banyuls-Sur-Mer una pequeña localidad francesa cercana a la frontera española.
"A las tres semanas allí, ya quería volver", recuerda Victoria, que entonces tenía 21 años, "pero mi marido era albañil y se ganaba bien la vida; así que nos quedamos y aquí nacieron mis hijos y tampoco se fueron nunca".
Este sentimiento se mantiene con el padre de Ludovic, Jean-Alain y la madre, María Rosa, cuyos padres son originarios de Llança (Girona).
Tanto Ludovic como su hermano mayor Alexandre, también entendieron pronto el barcelonismo ya que de pequeños iban a casa de la abuela, que está junto a la de sus padres a ver los encuentros del FC Barcelona, aprendieron el himno del Barça, lo que representaba la rivalidad con el Real Madrid en un entorno catalán, ya que es el idioma que la abuela habla en casa.
"Mi abuela tiene su casa en Banyuls y una pequeña en Roses y pasa la mitad del año en cada una. Me gusta ver a mi familia y, cuando venimos a Roses, bajamos a Barcelona porque es una ciudad que nos encanta y me siento como en casa", cuenta.
Su padre, gran aficionado al trial, les inculcó a Alexandre y Ludovic la pasión por el BTT (Biketrial). El primero fue campeón mundial absoluto y Ludovic, campeón de Europa y del Mundo juvenil, pero su estatura (ya media 1,90) y su peso eran un hándicap sobre una bici que solo pesaba 7 kilogramos.
Así que lo dejó y se volcó en el balonmano, deporte que ya había iniciado a los diez años. En el pequeño club del HB Banyuls se empezó a forjar un campeón.
Su hermano Alexandre fue a estudiar a Montpellier y le hizo probar en el equipo de balonmano, al que se unió con solo quince años en el Centro de Formación del Montpellier.
Cuando llegó al primer equipo no era difícil ver a los padres de Ludovic, su tío y su hermano en la grada del 'René Bougnol' con la bandera catalana.
Incluso cuando estuvieron en los Juegos Olímpicos de Río, donde Francia ganó la medalla de plata, los padres y el hermano estuvieron allí con la referida bandera catalana
Cuando fichó por el Barcelona explicó que su abuela le hizo hacer una promesa: "Ella me pidió que aprendiera catalán antes que castellano y seguro que aprenderé el idioma rápido porque sé que es muy importante para esta cultura, aunque lo primero será integrarme al equipo".