Javier Villanueva,Trondheim (Noruega), 7 ene (EFE).- Las selecciones de España, vigente campeona de Europa, y de Francia tratarán de impedir la fiesta del equipo danés que, al igual que ya hizo el pasado año cuando se coronó campeón mundial, intentará aprovechar la ventaja de jugar en "casa" para alzarse con el título continental.,Pese a que Dinamarca no figure formalmente entre los tres anfitriones del torneo, Suecia, Austria y Noruega, los apenas cuarenta kilómetros que separan Copenhague de l
Javier Villanueva
Trondheim (Noruega), 7 ene .- Las selecciones de España, vigente campeona de Europa, y de Francia tratarán de impedir la fiesta del equipo danés que, al igual que ya hizo el pasado año cuando se coronó campeón mundial, intentará aprovechar la ventaja de jugar en "casa" para alzarse con el título continental.
Pese a que Dinamarca no figure formalmente entre los tres anfitriones del torneo, Suecia, Austria y Noruega, los apenas cuarenta kilómetros que separan Copenhague de la ciudad sueca de Malmoe, donde los de Nikolaj Jacobsen disputarán sus encuentros de la primera y segunda fase, convierten a los daneses en el cuarto "local".
Una ventaja que los Mikkel Hansen, Niklas Landin y compañía no desaprovecharon hace doce meses para proclamarse por primera vez en su historia campeones universales, tras derrotar por un contundente 31-22 a Noruega en la final disputada en la localidad danesa de Herning.
Pero a diferencia de lo ocurrido en el último Campeonato del Mundo, en el que la selección danesa se vio beneficiada por el amable recorrido que le deparó el sorteo, en esta ocasión tendrá un espinoso camino hasta llegar a la final.
Dinamarca se jugará previsiblemente el pase a las semifinales con tres de las máximas candidatas al título, Francia, Suecia y Noruega, en una durísima segunda fase que pondrá a prueba el "hambre" de gloria del conjunto danés.
Y es que si nadie discute la excelencia del conjunto nórdico, la selección danesa deberá demostrar que afronta el Europeo con la misma ambición que sus rivales sin el acicate de la clasificación olímpica, que ya tiene asegurada como última campeona mundial.
Un billete para Tokio que todavía deben obtener sus máximos oponentes -Dinamarca es el único equipo europeo que tiene garantizada su presencia en los Juegos-, lo que les llevará a dar un paso más, sabedores de que sólo el oro les asegura su concurso en la capital japonesa, sin necesidad de pasar por los torneos preolímpicos.
Hambre que no le faltará al conjunto francés, en el que una nueva generación de "Experts", liderada por los Melvin Richardson, Ludovic Fabregas o Nedim Remili, intentará demostrar que se encuentra a la altura de la leyenda de sus predecesores.
Jóvenes estrellas que contarán con el respaldo de "gigantes" como Nikola Karabatic, que tras ver como el conjunto galo caía en las semifinales tanto en el último Europeo como en el último Mundial, intentará devolver a Francia a lo más alto del podio.
Un objetivo para el que el seleccionador francés Didier Dinart no podrá contar con el central Kentin Mahe ni tampoco, previsiblemente, con el pivote Luka Karabatic, que será duda hasta el último momento por sus problemas físicos.
Bajas que mermarán notablemente el potencial de la selección noruega, que afrontará el torneo sin el concurso del lateral Kent Robin Tonnesen y, sobre todo, sin el veterano pivote Bjarte Myrhol, ausente por enfermedad, y pieza básica en los esquemas del equipo nórdico.
Importantes ausencias que dejan al central Sander Sagosen como la principal referencia de una selección noruega, que apelará a su condición de anfitrión para lograr el título que ha perseguido sin fortuna los últimos años y que serviría para consagrar definitivamente a la mejor generación en la historia del balonmano noruego.
Un oro al que también aspira Suecia, finalista hace dos años en Croacia, y que contará en esta ocasión con el refuerzo del lateral Kim Ekdahl Du Rietz, más madera para el combinado escandinavo, que seguirá fiel a su filosofía de defender, correr y tirar a la máxima velocidad para subirse a los más alto del podio.
Más sencillo se antoja, al menos a priori, el camino para la selección española, la vigente campeona de Europa, que tendrá a Alemania y Croacia como principales rivales en la lucha por acceder a las semifinales.
Una ventaja que los de Jordi Ribera, que volverán a apostar por el elaborado juego que les convierte en una singularidad en estos tiempos de predominio físico, tratarán de aprovechar para retener su corona, algo que sólo ha logrado Suecia, ganadora de las ediciones de 1998,2000 y 2002.