El golf estadounidense vivió este domingo una jornada gloriosa después de derrotar por 19-9 a Europa en la 43 edición de la Ryder Cup y dejar el mensaje que los nuevos campeones tienen por delante un futuro brillante.
El capitán del equipo de Estados Unidos, Steve Stricker, fue el primero en levantar la Ryder Cup que habían recuperado, pero luego la pasó a los 12 jugadores que hicieron posible el gran triunfo, incluidos nueve de ellos que nunca antes habían sido campeones.
Ahora su objetivo es por lo demostrado durante toda el fin de semana que tampoco será la última vez que lo hagan. Más que solo recuperar este domingo el codiciado trofeo, el equipo estadounidense más joven de la historia le dio a Europa su peor derrota y entregó un mensaje contundente sobre lo serio que es cambiar el tono de estos partidos.
Daniel Berger ganó el hoyo 18 en el partido final por el punto que cerraba la victoria de 19-9, rompiendo por medio punto el margen récord desde que Europa se convirtió en parte de la Ryder Cup, 1979.
"Esta es una nueva era", destacó Stricker. "Estos chicos son jóvenes. Lo quieren. Están motivados. Vinieron aquí decididos a ganar. Podía verlo en sus ojos".
Los seis novatos de la Ryder Cup de Estados Unidos anotaron más puntos que toda Europa, combinándose para un récord de 14-4-3. Los estadounidenses no perdieron una sesión por primera vez en 44 años. Dustin Johnson se convirtió en el primer estadounidense en ir 5-0 desde 1979.
Tenían el mejor equipo sobre el papel. Jugaron incluso mejor cuando estuvieron en la hierba del campo. "No es solo el equipo estadounidense más fuerte que he visto, sino que todos jugaron bien esta semana", reconoció el veterano ingles Lee Westwood. "Todos actuaron y aparecieron esta semana. Parece que son un equipo".
Estados Unidos finalmente lució como Europa, que ha dominado la Copa Ryder al ganar nueve de los últimos 12 enfrentamientos hasta ser derrotada a las orillas del lago Michigan.
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— Ryder Cup (@rydercup) September 27, 2021
Con una ventaja de seis puntos, ningún equipo se ha recuperado de más de cuatro puntos hasta el último día, los estadounidenses llenaron rápidamente los marcadores con sus números rojos.
El golpe decisivo vino de Collin Morikawa, a los 24 años, el jugador más joven del equipo y ya dos veces campeón de Major. Hizo un putt para birdie de menos de un metro en el hoyo 17 que aseguró a los estadounidenses al menos los 14 1/2 puntos que necesitaban.
"Me desperté esta mañana y estaba tratando de decirles a los muchachos: 'Lleguemos a los 20 puntos', porque esta será la próxima era del equipo de la Ryder Cup para el equipo de EEUU", declaró Patrick Cantlay, otro de los destacados en el equipo campeón. "Tenemos muchos chicos jóvenes. Creo que estarán en equipos durante mucho tiempo y quería enviar un mensaje".
El veterano Tony Finau había dicho la víspera de estos partidos que este era "el más grande". Los estadounidenses tenían tantas caras nuevas sin cicatrices duraderas de ver a Europa celebrar tanto a lo largo de los años. Fue una oportunidad para cambiar la cultura, y este fue un paso enorme.
La galería guardó uno de sus vítores más fuertes para Stricker, el nativo de Wisconsin que ha estado al frente de dos grandes triunfos. Guió al equipo de Estados Unidos a una victoria por 19-11 en la Copa Presidentes en 2017 y agregó este fin de semana su pieza característica en Whistling Straits.
Johnson se convirtió en el primer estadounidense desde Larry Nelson en 1979 en ganar los cinco partidos, completando su semana perfecta al vencer a Paul Casey en un partido que nunca perdió.
Casey, Matt Fitzpatrick y Bernd Wiesberger no lograron ganar un punto. Rory McIlroy e Ian Poulter, parte de la columna vertebral de la experiencia europea, no ganaron un partido hasta los individuales, y para entonces ya era demasiado tarde.
Los estadounidenses eran jóvenes, eso sí, y muy buenos, con cuatro de los cinco primeros del ranking mundial. Y finalmente compitieron como tal. Esos cuatro jugadores, Johnson, Morikawa, Cantlay y Xander Schauffele, se combinaron para un récord de 14-1-2.
Cierto que Europa perdió, pero también demostró toda la clase que posee con jugadores como los españoles Jon Rahm, el número uno del mundo, que lo demostró en el campo con tres victorias, y el veterano Sergio García, batiendo la marca de Nick Faldo con más triunfos conseguidos en la Copa Ryder (25) marcas.
Pero al final de la competición, el equipo de Europa, por mucho que se tratase de una nueva generación en el equipo estadounidense, se mostró como un equipo envejecido que llegaron plenos de experiencia, pero no con la forma suficiente.
Aunque el capitán del equipo de Europa, Padraig Harrington, reitero que "Estados Unidos fue muy fuerte. Cualquiera que sea su plan, lo hicieron bien esta semana. Un equipo fuerte, jugó bien. Mantuvo el impulso. Y habría sido difícil vencerlos en el mejor de los casos, y mucho menos cuando están en plena forma. Es una gran victoria para ellos".
Los estadounidenses ganaron partidos consecutivos en casa por primera vez desde 1983. El siguiente paso es ganar como visitantes, algo que no han hecho desde 1993, y que esperan conseguir en la próxima cita de la Copa Ryder que será en Marco Simone (Italia), en 2023, donde esperan jugar igual o mejor que lo hicieron este año.