La agenda de Taylor Swift en las horas antes de la Super Bowl no es nada sencilla. La superestrella querrá estar presente en el State Farms Stadium para animar a su novio, el jugador de los Chiefs Travis Kelce, en la 54ª edición de la final de la NFL. Pero para ello tendrá que viajar en el tiempo. Desde luego que va a ser un fin de semana de película para la americana, pero las cuentas le acompañan.
La intérprete de ‘Cruel Summer’ actuará en Tokio el próximo sábado a las 18:00 horas (horario local de Japón) en el cuarto y último concierto previsto dentro de su gira ‘The Eras Tour’. Nada más terminar la actuación, que dura algo más de tres horas, volará en avión privado en dirección a Las Vegas. El viaje que le espera es superior a las 12 horas. Pero los husos horarios juegan a su favor, pues en la región estadounidense hay 17 horas menos que en el país oriental.
El concierto acabará alrededor de las 21:00 de Tokio, o lo que es lo mismo, a las 4:00 de la madrugada de Las Vegas. La cantante cogerá el avión poco después y con la duración del vuelo, llegaría a Estados Unidos a lo largo de la tarde-noche.
Por lo tanto, tendría para descansar, superar el jet-lag y prepararse para vivir uno de los eventos más esperados del año toda la noche del sábado y la mañana del domingo.
El partido en el que Travis Kelce busca proclamarse campeón por tercera vez de la NFL arranca a las 15:30 horas de Estados Unidos, por lo que las cuentas, para Taylor, salen.
Por supuesto, la que será una de las protagonistas de la final a pesar de un jugar, ya tiene reservado su lugar en el estadio. Animará a su chico desde un palco acristalado valorado en 200.000 dólares, el cual podría compartir con Brittany Mahomes, esposa del quarterback de los Chiefs, Patrick Mahomes, tal y como apunta el portal 'Page Six'.