Inglaterra sorprendió al vencer este sábado a Nueva Zelanda por 19-7 en la semifinal del mundial de rugby de Japón gracias a su firmeza defensiva y a los excesivos fallos de su rival, que eran considerados los máximos favoritos al título mundial.
Los ingleses firmaron una actuación impecable ante un XV neozelandés irreconocible en el choque disputado en el Estadio de Yokohama (sur de Tokio), que les valió el pase para medirse el día 2 de noviembre al ganador de la segunda semifinal que enfrentará este domingo en la misma ciudad a Gales y Sudáfrica.
Inglaterra presenta así su candidatura a lograr su segundo mundial, tras imponerse contra todo pronóstico a un combinado considerado entre los mejores de la historia del rugby, y que optaba a su tercer campeonato consecutivo y cuarto en total.
La primera mitad tuvo claro dominio de Inglaterra, eficaz en todas las facetas del juego y sin hacer ninguna concesión defensiva ante una Nueva Zelanda aparentemente aturdida a las puertas de jugar su quinta final de un mundial.
En menos de dos minutos los ingleses ya habían anotado un try con una buena jugada en la que combinaron veloces pases y pugna en los últimos metros, hasta que ensayó Manu Tuilagi, con conversión de Owen Farrell (7-0). Tuilagi se situó así como máximo anotador del mundial con seis trys.
Los All Blacks trataban de recomponerse y de dominar un oval predominantemente en manos inglesas, pero el alto ritmo al que se jugaba causaba numerosas imprecisiones, sobre todo del XV oceánico, y sucesivas interrupciones del juego.
Unos ingleses volcados en campo rival llegaron a anotar un segundo try hacia la media hora de juego, aunque fue anulado por el árbitro debido a una obstrucción en ataque.
Esta jugada pareció despertar momentáneamente a Nueva Zelanda, que trató en varias ocasiones de percutir por la banda izquierda aunque sin poder franquear la zaga inglesa.
La primera parte terminó con un penal convertido George Ford que dejó el parcial en 10-0, lo que suponía la segunda vez en un mundial en que los neozelandeses se quedaban sin anotar en los 40 minutos iniciales.
El dominio inglés continuó en el arranque de la segunda parte y se materializó en otra llegada a línea de try tras un nuevo error en la entrega de los All Blacks, pero de nuevo el árbitro anuló la jugada por adelantar el oval en un maul de forma antirreglamentaria.
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Sí lograron los ingleses ampliar su ventaja con otro penal convertido por Ford en el minuto 50 (13-0).
El partido estaba muy cuesta arriba para los neozelandeses, sometidos por la presión alta y la disciplina de los ingleses e incapaces de encontrar espacios.
Sin embargo, una internada de Sevu Reece hasta los últimos cinco metros devolvió algo de fe a los All Blacks. En el saque lateral favorable a Inglaterra con que terminó esa jugada, Ardie Savea robó el oval y anotó un ensayo en el minuto 57, que junto a la conversión de Richie Mo'unga, dejó el marcador en 13-7.
Inglaterra había jugado un partido casi perfecto hasta entonces y continuó en esa línea, mientras que la incapacidad de los neozelandeses se traducía en infracciones que le costaron dos penales en contra convertidos por Ford en los minutos 63 y 69, y que ponían el resultado en 19-7.
Los ingleses, con varios hombres de refresco, mantuvieron la concentración defensiva en el tramo final, y ya para entonces parecía que las únicas opciones de los neozelandeses se reducían a errores rivales o a un arreón épico.
De hecho fueron los ingleses quienes pudieron anotar más puntos en los últimos minutos, aunque Ford erró esta vez otro penal.
Relive the moment @englandrugby sealed the victory in an epic Semi-Final 👏
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El pitido final desató el estallido de júbilo entre los aficionados ingleses en las gradas del Estadio de Yokohama, que rozaba el lleno con unos 68.200 espectadores.
Inglaterra y Nueva Zelanda se habían enfrentado antes en 41 ocasiones, con 33 victorias para los oceánicos, siete para los ingleses y un empate. En campeonatos mundiales se habían cruzado en tres choques, todos ellos ganados por los All Blacks.
Con su victoria de hoy, Inglaterra logra acceder a su cuarta final tras las que disputó en 1991 (con derrota ante Australia), 2003 (con victoria ante el mismo país) y 2007 (derrota ante Sudáfrica).