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Siracusa (Italia), 15 jun (EFE).- Elías y Muhamed son dos inmigrantes que un día emprendieron un viaje desde Libia con el sueño de llegar a Italia y hoy, más de un año después de ser rescatados, volvieron a subirse un barco, esta vez para participar en el Mundial de Vela de Barcelona.Laura Serrano-Conde
Siracusa (Italia), 15 jun .- Elías y Muhamed son dos inmigrantes que un día emprendieron un viaje desde Libia con el sueño de llegar a Italia y hoy, más de un año después de ser rescatados, volvieron a subirse un barco, esta vez para participar en el Mundial de Vela de Barcelona.
Este campeonato reunirá a 23 países, entre ellos España, Ecuador, Perú o Brasil, y se desarrollará del 27 de junio al 4 de julio.
"Hoy es como un sueño hecho realidad. Siento que este momento es realmente maravilloso y no tengo miedo al mar, estoy contento, tengo el corazón lleno de alegría", afirmó Elías Orjini en una entrevista con Efe.
Una opinión compartida por Muhamed Sabaly, que reconoció no sentir "miedo, solo felicidad".
Se trata de una iniciativa que ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Siracusa, de la comunidad de Sant'Egidio y de la comunidad islámica de la ciudad de Catania, en la isla de Sicilia.
Su objetivo es el de dar una lección de humanidad en un contexto en el que Italia está sumida en debates por la llegada masiva de inmigrantes a sus costas y la Unión Europea analiza soluciones al problema que podrían pasar por aprobar un sistema de cuotas.
"Han atravesado el desierto y el Mediterráneo, y ahora van a atravesarlo de nuevo, pero con un espíritu totalmente diferente, de vida, de esperanza, de deporte, y van a entrar así en Europa por la puerta principal, no por la trasera tal y como están acostumbrados", sostuvo el asesor de Infraestructuras de Sicilia, Giovanni Pizzo.
Sus historias son distintas, desde su procedencia hasta su pasado, pero comparten un nexo común: ambos dejaron atrás su patria, su familia y sus amigos con el objetivo de empezar una nueva vida en Italia, un país donde reina la paz.
Elías tiene 25 años, es cristiano y originario de Ghana, mientras que Muhamed tiene 19, es musulmán y nació Gambia.
Tampoco llegaron a Italia en el mismo barco, sino que cada uno fue socorrido en años diferentes: Muhamed en 2013 y Elías en 2014.
Pero los dos partieron de Libia, el país desde el que salen la mayoría de las embarcaciones que portan centenares de inmigrantes a Europa, y los dos fueron rescatados por los guardacostas italianos en el mar Mediterráneo cuando sus barcazas se encontraban en situación de peligro.
Cada día, la Guardia Costera salva a cientos de inmigrantes en situación de riesgo, recordó el comandante de la Capitanearía del Puerto de Siracusa, Domenico La Tella.
"Italia está haciendo lo máximo que puede para poder socorrer y salvar vidas humanas de gente que no tienen culpa de nada, solo que han nacido en el lugar equivocado y en el momento equivocado", dijo.
Precisamente fue una unidad de la Guardia Costera de Siracusa la que rescató en 2013 a Muhamed.
Elías y Muhamed han vivido situaciones dramáticas, han sentido miedo en el mar, pero ahora tienen la oportunidad de volver a enfrentarse al agua con un ánimo distinto, el de disfrutar de una experiencia lúdica y apasionante, junto con otros 7 sicilianos que conforman el equipo que representará al país en este Mundial.
Hoy, partieron del puerto de Siracusa a bordo del barco "Ottovolante" con destino a Barcelona, pero todavía les queda por delante una semana de navegación antes de llegar a España.
Para poder aguantar este tiempo en el barco, Elías y Muhamed han recibido asistencia y han realizado un curso de preparación.
La ilusión y la alegría se reflejaba hoy en sus rostros, como también el convencimiento de que ganarán el campeonato.
"Estoy cien por cien convencido de que ganaremos el mundial, he trabajado muy duro hasta poder llegar aquí. Creo que ganaremos", confió Elías.
Elías nació en Hohoe, un pueblo muy pobre de Ghana en el seno de una familia humilde. Es el mayor de seis hermanos y por ello un día decidió marchar a Europa para ganar dinero e intentar mejorar la calidad de vida de su familia en África.
Pasó por Benin, Níger y también por el desierto del Sahara, donde murieron muchos de sus compañeros por falta de agua.
Después de varias semanas, llegó a Libia, donde soñaba con poder hacerse un hueco en una barcaza que partiera hacia Italia, pero no disponía de pasaporte, así que fue arrestado y enviado a prisión donde permaneció un año.
Una vez libre, se subió a bordo de una barcaza en el que sería su primer intento de llegar a Italia, pero ocho horas después el barco naufragó frente a las costas de Libia. A bordo iban 500 personas, pero solo sobrevivieron 150. Era abril de 2011.
La barca se hundió muy cerca de Libia, por lo que Elías fue llevado de nuevo al país africano y encerrado en la cárcel hasta 2014 cuando, lejos de renunciar a su sueño, volvió a subirse a una segunda barcaza con la que esta vez sí pudo llegar las costas de Lampedusa.
Su historia es parecida a la de Muhamed, que abandonó Gambia con la intención de llegar a Libia y, de ahí, a Europa. Fue rescatado por los guardacostas y trasladado a Siracusa en septiembre de 2013.
Actualmente, vive en un centro de acogida y está a la espera de que el Gobierno le conceda asilo.