El coruñés Roberto 'Chuny' Bermúdez de Castro, segundo español en ganar la Volvo Ocean Race en sus 41 años de historia como segundo patrón del vencedor, el 'Azzam' del emirato de Abu Dhabi, ha señalado que "es un triunfo de toda la vela gallega y española"."Hay mucha gente española que hace cosas bien en este mundo y esperemos que esta victoria valga para que se abra un poco más, que no se personalice y que haya más equipos", ha opinado.
A sus 45 años, ésta ha sido su sexta participación en la Volvo Ocean Race y ha inscrito su nombre junto al del barcelonés Joan Vila, que ganó la prueba en la edición 2001-2002 como navegante del 'Illbruck' alemán.
Tiene las manos destrozadas por el duro trabajo a bordo del 'Abu Dhabi y reconoce que la dureza de la prueba le ha pasado factura.
"El acabar con golpes por todas partes es algo que siempre pasa en una competición como esta. Tengo un fuerte golpe en la rodilla porque me caí el otro día, contusiones varias, un esguince en este dedo (señala el pulgar de la mano derecha), pero son tonterías, lo usas menos y ya está", ha bromeado.
Debutó en la Volvo Ocean Race en la edición 1993-1994 con el mítico 'Galicia-Pescanova-93', con sólo 23 años, y ahora, 22 años después ha logrado la victoria en la prueba.
"Después de tanto tiempo ya tocaba y estoy muy contento de haber igualado a Joan Vila, una leyenda de la vela oceánica en España, aunque sea sólo este poquito", ha señalado.
Tampoco ha ocultado que la victoria no ha sido fácil. "Hasta nueva Zelanda estuvimos empatados con el 'Dongfeng', y en la siguiente etapa desde Auckland a Itajai (Brasil), a nosotros nos fue muy bien y a ellos muy mal, rompieron el mástil antes de Cabo de Hornos", ha recordado.
"Ahí ya vas viendo que las cosas se están poniendo a tu favor, aunque es una regata en la que nunca puedes bajar la guardia. Ya pasó en la anterior edición, es un caso muy claro, crees que ya la tienes y en el mar en cualquier momento lo pierdes todo y más. Pierdes todo lo que has ganado y además puedes meterte en un buen lío", ha concretado 'Chuny'
El pulso que han mantenido con el 'Dongfeng' franco-chino ha sido una nota destacada de esta edición y al regatista gallego no le ha extrañado.
"Han navegado muy bien, a mí me han sorprendido mucho, pero son franceses, allí hay mucho nivel en vela oceánica. Nos lo han puesto muy difícil. En esta edición todos teníamos el mismo material, pero ellos rompieron el mástil y nosotros no. Los VO65 son un diseño único y hay cosas que no puedes tocar y el mástil fue la pieza clave", ha explicado.
La atracción que siente por competir en la Volvo Ocean Race es por su diversidad.
"Es una prueba muy bonita porque cambia mucho, pasas de estar parado con cero nudos de viento, 45 grados de temperatura y humedad del noventa por ciento, a estar al Sur con una temperatura dentro del barco equivalente a la nevera de tu casa, y vientos de 40 nudos. Tienes que estar preparado porque cada día te mides ante los mejores equipos y tripulantes de vela transoceánica del mundo".
Después del holandés Bouwe Beeking, que ha participado en su séptima Volvo, Bermúdez es, junto a Andrew Cape y Toni Rae, el regatista con más ediciones disputadas y la experiencia ha sido un factor clave en esta edición.
"La gente que ha navegado enseguida ve, bajando a la mesa (de navegación), qué cantidad de viento va a venir, lo que vas a tener que hacer, las condiciones que vas a tener. Comes cuando tienes que comer, o haces tus necesidades cuando las tienes que hacer, esas cosas te favorecen la vida, y es lo que intentas transmitir a los demás", ha relatado.
En cuanto al futuro, no descarta volver en una próxima edición. "Soy un apasionado del mar; siempre puedes tener otras opciones. Soy ingeniero industrial y creo que es mejor usar la experiencia en el mundo de la vela y los conocimientos que tengo en algo relacionado con esto, si puedo seguir navegando, claro está. Hay mucho interés, me están llamando de proyectos de Volvo Ocean Race, oceánicos, y otras cosas. Está muy bien", ha concluido.