La Tall Ships Races, que ha atracado en el puerto de A Coruña desde el jueves y soltará amarras mañana domingo, ha ofrecido a sus visitantes más atracciones que la que supone subirse a las impresionantes embarcaciones que partieron de Amberes el 10 de julio.Cientos de miles de visitantes han paseado por los muelles en que están amarrados los navíos, entre ellos el Simón Bolívar, buque de la Armada de Venezuela, o el Atalaya, embarcación de la Armada Española.
Una treintena de barcos de doce nacionalidades distintas comenzaron a arribar al puerto coruñés el miércoles tras concluir la etapa que comenzaron en Cádiz.
A Coruña ha sido puerto de destino de la sexagésima edición de la Tall Ships Races, regata que ha visitado la ciudad por novena vez.
Además de los grandes veleros, espectaculares, el evento ha ofrecido a sus visitantes otras actividades que nada tienen que ver con el mar.
Los amantes del motor han podido ver en el stand de Repsol la Honda RC213V con que Marc Márquez compitió en 2013, los niños han participado en los talleres de reciclaje y han contribuido a construir un catamarán con botellas, e incluso hubo quien se ha atrevido a batirse en duelo en el puesto de 100tolos Club de Esgrima.
Lo que se ha vivido en la Tall Ships Races ha llegado al mundo gracias, también, al stand de radioaficionados, que han contactado con personas de diferentes países.
El viernes, los tripulantes desfilaron hasta el Palacio Municipal de María Pita para recibir los premios de esta edición que concluye este domingo con la salida de las embarcaciones desde el puerto de A Coruña.
Los navíos zarparán al mediodía y los mejores lugares para verlos desde tierra son la Torre de Hércules, Adormideras, Monte de San Pedro, el Faro de Mera y Seixo Branco, estos dos últimos en la localidad coruñesa de Oleiros.