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Támara Echegoyen: "Hemos emocionado a mucha gente que no sabía nada de vela"

La gallega Támara Echegoyen, campeona olímpica y pentacampeona mundial, ha sido la primera regatista española en completar la 'Volvo Ocean Race (VOR)', la vuelta al mundo por equipos, una experiencia con la que asegura "haber emocionado a mucha gente" que desconocía el mundo de la vela.

Támara atiende a EFE por teléfono desde la casa de su madre en Viascón (Pontevedra), desde donde se recupera del esfuerzo acumulado en la gran competición de la vela mundial a bordo del 'Mapfre', que terminó segundo en una prueba que se decidió en la última etapa.

"No me queda ninguna sensación especial sino la de haber sido la primera y poder abrir las puertas a las demás regatistas femeninas españolas, pero es verdad que cuando lo analizas ves que el 'Mapfre' luchó hasta el final para ganar y que el segundo puesto, en principio, fue un poco doloroso", indica.

Echegoyen admite que el equipo firmó "una muy buena actuación" en toda la VOR. "Creo que hemos emocionado a mucha gente que ni siquiera sabía lo que era la vela y que ha seguido con orgullo y admiración la prueba. A mí solo me queda la sensación de que Xabi Fernández formó un gran equipo y que juntos trabajamos muy bien", dijo.

"Mirando ahora hacia atrás me siento orgullosa de haber tenido la oportunidad de haber podido navegar con esta gente con tanta experiencia y de poder haber aprendido tanto como lo hice", concreta la orensana.

Las victorias seguidas en la segunda y tercera etapa en Ciudad del Cabo y en Melbourne fueron dos grandes momentos del equipo. "Empezamos muy bien, fuimos segundos en Lisboa y después ganamos las dos etapas siguientes. La tercera etapa entre Ciudad del Cabo y Melbourne fue la más emotiva para mí porque por primera vez estaba en el Océano Sur, vi lo que era, vi las grandes olas y el viento de allí y, encima, ganamos la etapa", comenta emocionada.

"Cada etapa fue diferente y especial, cuando ganamos en Newport en la octava etapa también fue muy especial y también la última, porque luchamos siempre, nos pasaban y nosotros les pasábamos de nuevo y hubo muchos momentos increíbles, algunos relacionados con el resultado y otros con la convivencia entre nosotros y con el rendimiento del barco", insiste la regatista.

Al respecto de la convivencia en el barco entre siete hombres y dos tripulantes femeninas, Támara recuerda que era un equipo mixto, no solo de género sino también de experiencias: "No es lo mismo la experiencia de Xabi como patrón que la mía. Así que la diferencia eran los conocimientos y ahora yo tengo algo más, pero seguiré absorbiendo la experiencia de ellos".

No cree que hubiese protección de los tripulantes masculinos hacia ella y si la hubo fue porque la mayoría de ellos son "íntimos amigos" suyos y era más una protección de amistad. "Al final es a ellos a los únicos que te podrías agarrar en medio del mar", cuenta.

En el interior del barco, en el pequeño habitáculo de la tripulación, la base de la convivencia para ella fue "el respeto".

"Cuando todos estamos descansados y felices todo es más fácil, pero cuando impera el cansancio es clave el respeto y la tolerancia", dice.

"Hay momentos en los que la gente está mas irascible y hay que comprender la situación. El respeto, la tolerancia y la empatía son primordiales para esa llevar a cabo una buena convivencia", indica.

Su mejor momento en la vuelta al mundo fue "la emotiva llegada" a Melbourne, en su caso por haber cruzado por primera vez el Océano Sur.

El peor momento fue la etapa entre Auckland e Itajai por el paso del cabo de Hornos, por las roturas en la vela mayor del 'Mapfre' y por la perdida del tripulantes del 'Vestas', John Fisher. "Como equipo crecimos mucho por las situaciones complicadas que tuvimos que superar". añade.

El'Mapfre' perdió la última etapa por 17 minutos con respecto al 'Dongfeng', que la ganó y fue el vencedor absoluto de la edición. Echegoyen define este final como "un cúmulo de emociones".

"Solo había dormido cuatro horas en tres días y al final es como una 'bomba' de emociones, que tienes que dejar que pase el tiempo para asimilarlas. Sonríes, te saltan las lágrimas, estás contenta al mismo tiempo que estás enfadada. Esta edición fue muy igualada desde el principio y todo podía pasar cuando llegamos varios equipos empatados a la última etapa. Fue un 'role' (cambio de dirección) del viento el que decidió", comenta.

Sobre lo que más se encuentra a faltar en una competición de nueve meses alrededor del mundo es que echas de menos "tu vida normal".

"En estas competiciones están tan concentrado que funcionas con un solo horario. Al final, todo el mundo lo dice, el 'Mapfre' fue una gran familia y muchas veces esa carencia de cariño familiar o de amigos las encontrabas en el equipo y eso es muy bueno porque te permite seguir a un ritmo de trabajo muy alto", apunta.

La regatista comenta que la experiencia es compleja en todos los sentidos. "¿Si he perdido mucho peso? En las etapas largas sí, pero lo que más notas es que te cambia el cuerpo. Lo imprescindible era aguantar físicamente sin lesiones y me tomaba muy en serio las paradas. Llegué a pesar ocho kilos menos que cuando empecé, pero estuve normalmente cinco por abajo", detalla.

Admite Támara que en algunos momentos complicados llegó a preguntarse qué hacia allí en medio de la nada. "Eso también pasa en las campañas olímpicas porque llega un momento en el que la cabeza te dice que estarías mejor en otro lado, pero recuerdo que en los malos momentos en el Océano Sur me decían: ¿Volverías ahora ya a casa? y siempre respondí que no, porque para mí el reto era empezar y terminar".

Si en la próxima edición, que empezará en otoño de 2021 le dicen de volver a competir, Echegoyen lo tiene muy claro: "Creo que aún queda mucho tiempo, pero ahora diría que sí, porque creo que la mayor motivación es haber tenido a mano la victoria y no haberla logrado y quiero seguir luchando soy muy peleona y perseverante".

Campeona olímpica en Londres 2012 en la clase Elliot 6m, diploma olímpico (4ª) en Río 2016 en el 49er.FX con Berta Betanzos, su amiga intima y que se retiró en junio de la alta competición, ahora el objetivo es Tokio 2020 en esta clase con la mallorquina Paula Barceló.

"En mi cabeza estaba competir en Tokio 2020 porque ya se lo había planteado a Berta. En Río me quedé con la sensación de que hicimos un gran trabajo pero nos quedamos sin medalla. ¿Qué mejor motivación que lograrlo? Voy a hacer con Paula la próxima competición y sé que cuando empiece no va haber vuelta atrás", insistió.

Echegoyen destaca "el gran trabajo" que está realizando Barceló, por lo que se tomarán el próximo mundial para "chequear sensaciones" para ver "más adelante en lo que acaba todo".

"No soy ya una niña y si veo que con Paula podemos luchar por esa opción de medalla me voy a meter de cabeza en eso; yo nací con ese gen, comenta.

Támara Echegoyen considera que en la VOR se ha demostrado que se pueden confeccionar tripulaciones mixtas y conseguir buenos resultados: "El mundo está cambiando y el mundo de la vela debería cambiar al mismo ritmo".

Recursos de archivo en www.lafototeca.com, códigos 6294209 5657248 y otros

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