Los sportinguistas tienen dos santuarios en uno. El Molinón es el estadio del Sporting, claro está. Pero El Molinón también es el Bar Carlin Goal, ya que se encuentra en sus bajos y es el mejor bar para vivir el partido, tanto en casa, como fuera, ya que es otra forma de vivirlo a través de un Bar.
Allí además se reúne el sportinguismo en cada encuentro antes, durante y después. Allí se vivió, como tantas otras veces, la victoria del Sporting ante el Extremadura.
Porque la pasión de los estadios también se vive en el bar.