El regreso del Cádiz CF a LaLiga Santander supone, también, la vuelta del derbi andaluz frente al Sevilla FC. Ambos equipos se enfrentan este domingo y es Carmelo, mítico defensa del conjunto amarilllo, conocido cariñosamente en Cádiz como 'El Beckenbauer de la Bahía', el protagonista de esas #HistoriasDeDerbi que ElDesmarque y Santander os traen para celebrar estos partidos especiales que guardan anécdotas, curiosidades, momentos para el recuerdo y hasta secretos.
Carmelo recuerda en el vídeo superior una tángana épica. Tuvo lugar el 21 de marzo de 1993, día en el que el Sevilla visitaba el estadio Ramón de Carranza. Y el otro gran protagonista de esta historia es, ni más ni menos, Diego Armando Maradona, uno de los mejores futbolistas de la historia, que en aquel momento vestía la camiseta del Sevilla dirigido por Carlos Bilardo junto a otros futbolistas como Diego Pablo Simeone o Davor Suker, ambos presentes en aquel choque.
Aquel Cádiz-Sevilla acabó 0-0, pero es recordado no por el espectáculo del juego sino por la pelea que se armó en los minutos finales del partido y a la finalización del mismo, camino a los vestuarios. Carmelo fue uno de los encargados de cubrir a Maradona y acabó encarándose con 'El Pelusa' sobre el césped.
"Maradona era el mejor futbolista del mundo. Teníamos que estar muy atentos. Por eso le pusimos a Stimac, que era un todoterreno con unas condiciones físicas portentosas. Lo metió el míster encima de él. En una de esas, Maradona estaba cansado ya, Stimac le pegó por décimo tercera vez y se calentó. Ahí se lió. Nos acordamos de la familia, de lo que tomaba antiguamente... Yo cogí a Diego de los pelos. Salieron Bilardo y Ramón Blanco y se montó una tángana de mucho cuidado".
"Fue una patadita de nada lo que le pegó Stimac, pero le daría en el sitio malo, a Diego le dolería un poquito de más y se calentó. Eso hubiese sido un lance más de fútbol con cualquier otro futbolista, pero como era Diego Maradona pues se magnificó. Cuando terminó el partido recuerdo que nuestro segundo entrenador, Ramón Blanco, que en paz descanse, le pegó un puñetazo al segundo entrenador del Sevilla en la salida de los vestuarios. Qué puñetazo, Dios mío de mi vida. Ahí se formó ya una...".