Cada vez que pasa por allí, el cazador recuerda aquel día en el que se refugió de la lluvia al abrigo de un tajo que lo había guarecido muchas veces. Refugio de bandoleros, le decían de chico revistiendo de leyenda la historia de aquel sitio misterioso.
Cada vez que pasa por allí, al cazador se le viene a la mente la mañana de hace años en la que la lluvia lo sorprendió y hubo de acudir hasta allí hasta que pasó el aguacero para encontrarse con un animal único que desde entonces quedó grabado en su memoria.