Pero también lo transporta a épocas pasadas, a momentos vividos que son irrebatibles porque quienes los protagonizaron ya no están aquí. Algo parecido a la nostalgia experimenta el cazador al encontrar un jersey de lana en el fondo de su ropero. Su tacto lo devuelve al pasado, al momento en que le tejían ese abrigo que durante tanto tiempo ha estado olvidado en su armario y que ahora acaba de rescatar. Se acerca el jersey al rostro y es como si estuviera escuchándola preguntarle cómo quería el jersey, si le gustaba el color, si le iría bien de medida… mientras la prenda iba creciendo bajo las aguas como por arte de magia. Decide vestirse con él para el viaje ante la atónita mirada de sus hijos, demasiado jóvenes y modernos como para comprender que nada abriga mejor el alma.