La cuentas (pendientes) del Betis
He de decir y he de reconocer que me ha sorprendido gratamente ver desde el llamado Gol Sur Premium cómo ha quedado el estadio Benito Villamarín por dentro, desde esa zona del campo donde de momento los béticos celebran muchos días grandes, goles e importantes victorias. La mejor manera de amortizar el abono del Betis y la mejor manera posible para soñar, por fin, con algún objetivo importante.
En estas fechas de explicaciones de cuentas generales, gastos e ingresos, los béticos tienen claros sus números, los que de verdad importan en el día a día, los que sí llegan al corazón: ganar muchos partidos y luchar por Europa. Da igual si el presupuesto es de 100 millones, si gracias a Dani Ceballos, al que muchos no quieren ni ver, la deuda concursal se quedará casi a cero o si hay que pedir un préstamo a un banco japonés, o de donde sea, para pagar el Gol Sur. Al bético lo que le importa, lo que le duele, y en esta ocasión lo que más le satisface, es ver cómo el equipo gana casi siempre. Y esas cuentas sí que son claras. Muy claritas.
El bético, mucho tiempo después, tiene ganas de que lleguen los partidos, tiene ganas de ir al Benito Villamarín a disfrutar y no a vivir ese sufrimiento constante de las últimas temporadas. Y todas esas ganas han llegado gracias a la vuelta de don Lorenzo Serra Ferrer y a un estilo made in Quique Setién que, aunque hace falta tener un marcapasos, está dando beneficios. Con Serra, el gran míster de este Betis, el fútbol se convierte casi en magia... y en resultados. Con Setién, un maestro de los sistemas, el bético ha vuelto a disfrutar. Pero no se olvidará de aquellas jugadas con Víctor y Poyet, vaya dos elementos. Es imposible de olvidar.
Porque la gran cuenta que tiene el Betis está aún pendiente y no se trata de negocios, acuerdos o contratos. Es con su afición. Los más de 50.000 socios y los que no lo son porque no pueden que viven por y para su equipo, que cuentan las horas para el inicio del próximo partido y vivir otra mañana, tarde o noche de fiesta. Así está el bético ahora mismo, ilusionado con la Copa y soñador con la Liga. Gracias a esa exigencia y crítica que muchos en el Betis rechazaban hace unos meses y que ahora pregonan desde dentro. A lo mejor es que aquellos que no veíamos cosas buenas en el Betis teníamos parte de razón, aunque fuera sólo una pizca.
Aquellos, como el que suscribe estas líneas, que no tardan en reconocer que este Betis es mejor que el de la pasada temporada, que se han hecho muchas cosas bien y que el estadio ha quedado de maravilla. Pero, sobre todo, que este Betis sí ilusiona porque juega muchas veces bien y porque gana muchos partidos. El resto de cuentas, y de cuentos, son milongas.